La psicología del consumidor se ha estudiado durante años, sobre todo para saber qué nos motiva a comprar en fechas especiales, como el 14 de febrero. Desde el punto de vista psicológico, el amor ocasiona que 12 áreas de nuestra mente se activen y produzcan la liberación de dopamina y oxitocina, que son hormonas “antiestrés”.
Todos esos efectos, más la presión social que se genera en esa fecha, influyen directamente en la psicología del consumidor. Eso causa que el 14 de febrero, las personas sean “empujadas” a gastar más dinero del que están acostumbrados.
El día de San Valentín, además de ser el día para celebrar el amor, es una fecha en la cual la psicología del consumidor está programada para obsequiar a su pareja rosas, chocolates, cenas románticas y muchas otras ideas que surgen.
Muchos de nosotros no pensamos el porqué es “obligatorio” mostrar el amor que sentimos sobre una persona con un presente. La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) realizó un estudio sobre esto a través de una encuesta a la industria. Donde refleja que el 64% celebra este día y el 50% de ellos lo hace por tradición, más que por halagar a su pareja.
Asimismo, encuestas hechas por la misma institución resaltan que cerca de un 39% compra un presente para regalar. Podríamos decir que la presión social nos lleva a consumir el 14 de febrero y aunque no es justo afirmar que es una obligación, no todos lo hacen por amor romántico.
La presión social es un factor dominante de la psicología del consumidor en este día, la necesidad de pertenecer a un grupo social para satisfacer nuestra necesidad de inclusión y seguridad emocional nos empuja a celebrar el 14 de febrero con las famosas compras de obsequios.
Todos estos datos se reflejan en la realidad, ya que, de acuerdo a la última encuesta de la Profeco, el 42% de las personas gastarán hasta $5,720 pesos en promedio para satisfacer las necesidades sociales.
Si lo analizamos, podremos entender que la necesidad de ser aceptados por nuestros similares y el sucumbir ante presión social tienen una conexión directa.
Entonces, podríamos pensar que una parte de la psicología del consumidor durante el Día de San Valentín está programada para satisfacer sus necesidades sociales más que por el hecho de complacer a su pareja con un presente, en algunos casos.
Según la Profeco, los presentes que son comprados por los mexicanos, están encabezados por rosas, cenas, chocolates, peluches y tarjetas románticas. En el año 2004, psicólogos de la Universidad Estatal de Arizona señalaron que el regalo funciona como un impulsor del amor romántico, no como una representación de éste, es decir, se regala para producir la sensación de enamoramiento en el otro.
Asimismo, durante el 14 de febrero la psicología del consumidor puede experimentar un fenómeno parecido a “mi regalo representa mi autovaloración”. Esto quiere decir que, si la persona recibe un obsequio económico, simple o falto de creatividad y detalle, su autoestima decrementa y puede ocasionar depresión en algunos casos. Factores que guardan relación muy estrecha entre sí, reconocido por la comunidad científica.
Estefanía López Paulín
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