Se acabaron las vacaciones para los diputados potosinos. Queriendo y no, tendrán que retomar las actividades legislativas para iniciar con el último periodo de trabajo que corresponde a la presente Legislatura que, si bien, no cayó en los escándalos de corrupción, los shows en tribuna o las barbaridades que tanto han caracterizado a sus antecesores, sí dejó mucho que desear. Lo que ellos califican como eficiencia, para los ciudadanos es sumisión y una actitud enclenque y servil para con el Gobierno del Estado.
Los legisladores empezarán su último periodo con el cargo de conciencia de que su trabajo fue objetado y desechado en incontables ocasiones. Ni cómo olvidar las vapuleadas que les dio la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) al declarar inconstitucionales varias reformas que se aprobaron en el Pleno y que se presumieron como si se tratara de la Octava Maravilla del Mundo.
Deberían sentir penita por las consultas que organizaron y que costaron millones al erario, porque, al final, quedó evidenciado que no cumplieron su objetivo, que el dinero terminó en la basura o en la bolsa de unos cuantos y que, por desgracia, los grupos que deberían ser prioritarios fueron relegados una y otra vez. Más pena por sus asesores, porque no estuvieron a la altura del reto. Que les tumbaran la municipalización de Pozos, la Ley para Personas con Discapacidad y la Ley Electoral son muestras claras.
Muchos nombramientos se retrasaron hasta el tope y se vieron envueltos en serias polémicas, hay leyes que nomás no funcionaron porque no se plantearon adecuadamente como la de los estacionamientos gratuitos. En términos generales, con un pequeño amparo bastaría para dejar sin efecto el dichoso trabajo legislativo.
El último periodo estará remendado, porque muchos diputado ya se fueron. Se incorporan sus suplentes y reinicia la curva de aprendizaje. Ya no se puede esperar mucho y tampoco es como que haya mucho trabajo por hacer.
En septiembre, llegarán nuevos diputados. Ojalá que se rompa la maldición de que «siempre, la Legislatura que llega, es peor que la anterior».
Cavilaciones:
Primera: Deporte, Cultura y Turismo no tienen un programa definido para Semana Santa. Los titulares de las dependencias andan papando moscas. Los titulares Joaquín García, Mario García y Juan Carlos Machinena andan como al gatito que se fue de parranda y confían en que San Luis Potosí se venda solo. Si de eso se trata, mejor despídanlos.
Segunda: El diputado Rubén Guajardo se quedó mudo ante la capacidad de maniobra de la dirigente estatal del PRI, Sara Rocha, que, sin despeinarse, lo mandó con cajas destempladas a buscar su candidatura a la alcaldía capitalina en otro partido.
Tercera: El que anda presumiendo que trae con queso las enchiladas es Sebastián Pérez, virtual candidato de Movimiento Ciudadano. Según sus cálculos, trae en la bolsa 200 mil votos para jugarle al que se le ponga enfrente ¡Salió bravo, el Sebas!
