La crisis climática y la inflación están teniendo un impacto significativo en el cultivo de café en Chiapas, México, el estado que genera aproximadamente un tercio de la producción nacional. Los agricultores estiman que perdieron alrededor del 30 por ciento de su cosecha el año pasado debido a estos factores.
En México, que ocupa el noveno lugar como productor mundial de café según Statista, el área sembrada de café cereza disminuyó un 0.42 por ciento anual en 2023, alcanzando las 698,035 hectáreas, según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) del Gobierno. A pesar del aumento anual del 7.02 por ciento en la producción, que superó las 1.05 millones de toneladas, las exportaciones de café sin tostar ni descafeinar cayeron un 67.37 por ciento interanual en el cuarto trimestre de 2023, alcanzando los 24.9 millones de dólares.
En Chiapas, el estado con la mayor producción de café en México, los caficultores informan que perdieron entre el 25 y el 30 por ciento de su cosecha el año pasado debido a las condiciones climáticas adversas. La sequía afecta al 61.59 por ciento del territorio mexicano, y en la región de la frontera sur, donde se encuentra Chiapas, se informa que el 50.7 por ciento de la superficie está «anormalmente seca».
El cambio climático está generando problemas adicionales, ya que las temperaturas elevadas y las lluvias impredecibles afectan el proceso de siembra. Los caficultores señalan que el calor extremo y las lluvias fuera de temporada están desajustando el calendario agrícola establecido durante mucho tiempo.
Además de los desafíos climáticos, los productores de café también enfrentan los impactos de la inflación. La falta de apoyo gubernamental y la presión de los grandes comerciantes sobre los precios de venta están generando dificultades económicas para los pequeños agricultores. Aunque los precios al consumidor del café han aumentado, los agricultores se ven obligados a vender a precios bajos debido a las condiciones del mercado.
El sector cafetalero también enfrenta una escasez de mano de obra, ya que muchos jóvenes prefieren emigrar en busca de oportunidades laborales en otros lugares. La situación plantea desafíos significativos para la sostenibilidad a largo plazo de la industria del café en la región.
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