La Delegación de la Cruz Roja Mexicana en el estado potosina atraviesa una profunda crisis que ha afectado sus servicios de emergencia en todo el territorio. La situación ha alcanzado su punto crítico en el municipio de Charcas, ubicado en la Zona Altiplano, donde el servicio ha dejado de operar por completo.
En Charcas, las instalaciones de la Cruz Roja han cerrado, y actualmente solo hay una persona encargada de atender las oficinas. Sin embargo, la ausencia de paramédicos representa un riesgo significativo, ya que no hay personal capacitado para hacer frente a situaciones de emergencia.
En la Zona Media del estado, la Cruz Roja enfrenta dificultades financieras extremas, lo que ha llevado a la falta de combustible para las ambulancias. A pesar de contar con 22 socorristas voluntarios en Rioverde, la capacidad de respuesta se ve comprometida debido a la escasez de recursos. Aunque la institución local ha intentado subsidiar parte de los gastos, el apoyo mínimo de la Alcaldía se retrasa, llegando en un periodo que oscila entre una y dos semanas.
En cuanto a las instalaciones de la Cruz Roja en Ciudad Valles, la falta de recursos se refleja en la imposibilidad de abastecer de combustible a las tres unidades de ambulancias. Esta situación deja desprotegida a la población huasteca. A pesar de contar con 17 paramédicos con sueldo, tres enfermeras y tres administrativos, la capacidad operativa se ve afectada por la escasez de recursos.
Jesús Ernesto de la Maza Jiménez, delegado de la Cruz Roja en San Luis Potosí, ha reconocido que la crisis financiera que enfrenta la institución ya tiene tres años. La falta de fondos ha generado consecuencias graves en la prestación de servicios esenciales, poniendo en riesgo la salud y la seguridad de los potosinos.