El 2023 fue catalogado como el año más caluroso jamás registrado, atribuido al cambio climático. Sin embargo, el 2024 sorprende con nevadas intensas y temperaturas récord en el hemisferio norte. El frío ártico desciende sobre vastas áreas de EE. UU., generando condiciones invernales extremas en lugares poco acostumbrados, como Texas.
Es vital distinguir entre clima y tiempo. El clima abarca patrones meteorológicos a largo plazo, mientras que el tiempo son variaciones diarias. El cambio climático no implica solo calentamiento; provoca climas más cálidos en promedio y mayor imprevisibilidad.
A medida que la atmósfera cambia por niveles elevados de gases de efecto invernadero, no solo experimentamos calentamiento. Estudios sugieren que la Tierra enfrentará condiciones meteorológicas más extremas. El aire ártico, calentándose cuatro veces más rápido que el resto del planeta, se desplaza hacia latitudes más bajas, afectando América del Norte.
La amplificación ártica, calentamiento acelerado del Ártico, debilita la corriente en chorro polar. Esta banda de aire, que normalmente mantiene el aire ártico al norte, se desplaza más al sur, permitiendo la incursión de aire gélido en el sur. Este fenómeno explica inviernos más severos en América del Norte.
El cambio climático no solo trae inviernos fríos inesperados. La desaceleración de la corriente en chorro podría prolongar inundaciones y sequías, anticipando eventos meteorológicos más extremos. Expertos advierten que los fenómenos mortales podrían aumentar hasta un 50% para 2100, subrayando que los sucesos del pasado año son solo un indicio de los desafíos venideros.
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