Un reciente estudio llevado a cabo por investigadores de los Países Bajos y el Reino Unido, analizando datos del Biobanco del Reino Unido, ha identificado al menos 15 factores relacionados con un mayor riesgo de demencia de inicio joven, es decir, aquella que afecta a personas menores de 65 años. Entre estos factores se destacan la presencia de genes específicos, el diagnóstico de trastorno por consumo de alcohol (AUD), el aislamiento social, la falta de vitamina D, la pérdida de audición, antecedentes de ictus, enfermedades cardíacas y la diabetes en hombres.
La demencia de inicio joven se distingue de la demencia temprana, que comprende la primera etapa del deterioro cognitivo leve, y la demencia leve. La demencia de inicio joven se refiere al momento en que se diagnostica la demencia, ocurriendo antes de los 65 años.
En respuesta a estos hallazgos, la Universidad de Harvard en Estados Unidos ha emitido recomendaciones para reducir el riesgo de demencia de inicio joven. Entre las sugerencias se encuentran evitar el consumo excesivo de alcohol, mantener una vida social activa, asegurar la ingesta adecuada de vitamina D, utilizar audífonos en caso de pérdida de audición, realizar ejercicio regularmente, adoptar una dieta saludable y mantener un peso corporal adecuado.
El estudio resalta la importancia de diversos factores de riesgo, como la predisposición genética, el impacto del trastorno por consumo de alcohol en el cerebro, la relevancia del aislamiento social, la influencia de la vitamina D en las infecciones virales, la relación entre la pérdida de audición y el riesgo de demencia, así como la conexión entre ictus, enfermedades cardíacas y diabetes en hombres.
Un estudio previo en Suecia también identificó factores de riesgo adicionales, incluyendo presión arterial alta, accidente cerebrovascular, depresión, trastorno por consumo de alcohol, deficiencia de vitamina D, trastorno por uso de drogas y la función cognitiva general.