El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) informó que en los últimos ocho meses ha deportado a cerca de medio millón de migrantes que no pudieron demostrar una «base legal» para permanecer en el país. Esta cifra, que se ha acumulado desde mayo pasado, representa un aumento significativo en las expulsiones, con más de 482 mil personas deportadas.
Durante la última semana, se llevaron a cabo múltiples vuelos desde Estados Unidos hacia países de Centroamérica y Venezuela, incluyendo a adultos solteros y familias que carecían de bases legales para permanecer en el país. El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE), encargado de las deportaciones, ha intensificado estas acciones desde mayo pasado, cuando se dejó de aplicar el Título 42, que permitía la expulsión inmediata de indocumentados por razones sanitarias.
Más de 100 mil personas fueron deportadas en los últimos dos meses, subrayando la escalada de las expulsiones. Entre los deportados se encuentran migrantes que fueron enviados directamente a Venezuela, ya que Estados Unidos reanudó las repatriaciones directas a ese país en octubre pasado, después de cuatro años de suspensión.
La cantidad de deportados desde mayo de 2023 supera la cifra de extranjeros enviados a sus países en todo el año fiscal 2019, marcando una política migratoria más estricta por parte de Estados Unidos en los últimos meses.
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