El conflicto en Yemen ha alcanzado un nuevo nivel de intensidad con los recientes bombardeos lanzados por Estados Unidos y el Reino Unido contra las zonas controladas por los rebeldes hutíes en el país asiático. Este episodio se presenta después de semanas de amenazas a la navegación de transporte marítimo en el mar Rojo, donde los hutíes han llevado a cabo ataques contra buques internacionales.
En un comunicado conjunto, Estados Unidos y el Reino Unido reconocieron la responsabilidad de lanzar misiles contra Yemen, justificando la acción como una respuesta a los ataques previos de los hutíes contra buques marítimos en el mar Rojo. El presidente estadounidense, Joe Biden, destacó que estos ataques ponían en peligro al personal estadounidense, a los marinos civiles y a los socios, afectando el comercio y amenazando la libertad de navegación.
Aunque Estados Unidos y el Reino Unido lideraron el ataque, la dimensión internacional del conflicto se revela con el respaldo declarado de Australia, Bahrein, Canadá y los Países Bajos. Biden mencionó que la respuesta de la comunidad internacional a los ataques de los hutíes ha sido unida y decidida, destacando la operación «Guardian de la Prosperidad», apoyada por 20 países desde diciembre.
La conexión entre el conflicto en Yemen y los eventos en Gaza se sugiere a través de los ataques de los hutíes contra buques internacionales como una aparente «venganza» contra Estados Unidos e Israel. Esta relación compleja se relaciona con el respaldo del grupo rebelde yemení a los palestinos, lo que desencadenó sus ataques coincidiendo con el conflicto entre Hamás e Israel.
Yemen, considerado el país más pobre del Medio Oriente, enfrenta una profunda crisis humanitaria debido a los conflictos que han afectado su territorio durante décadas. A pesar de su situación, los rebeldes hutíes han advertido que responderán a los ataques, generando preocupación por el escalonamiento del conflicto. El portavoz de los hutíes, Hussein al-Ezzi, advirtió que Estados Unidos y sus aliados tendrán que enfrentar las consecuencias de esta «evidente agresión». La situación en Yemen continúa siendo delicada, y las repercusiones de estos acontecimientos aún están por revelarse.
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