En una fascinante exhibición cósmica, el cometa criovolcánico 12P/Pons-Brooks, cariñosamente apodado el «Cometa Diablo», se acercará a la Tierra en su máxima aproximación este próximo domingo 21 de abril de 2024, según informes de Live Science. Aunque su tamaño, tres veces mayor que el monte Everest, impresiona, los expertos tranquilizan al público, asegurando que no representa ningún riesgo para nuestro planeta.
Este cometa volcánico, conocido por su propensión a explotar mientras se precipita hacia el sol, generó un espectáculo aún más espectacular el pasado 5 de octubre, cuando explotó por segunda vez en cuatro meses. La nube resultante tomó la forma de dos cuernos gigantes, lo que le valió el apodo de «Cometa Diablo».
Los astrónomos y aficionados a la astronomía tienen una oportunidad única de presenciar este fenómeno, ya que su órbita de 71 años lo enviará de vuelta al sistema solar exterior después de su paso cercano. La recomendación es aprovechar esta ocasión para admirar el cometa, ya que no volverá a ser visible hasta aproximadamente el año 2095.
La peculiaridad del «Cometa Diablo» radica en su erupción, la cual lo hizo más de diez veces más brillante, según la Asociación Astronómica Británica (BAA). Los días siguientes al estallido, la coma del cometa se expandió, tomando la forma de cuernos que algunos comparan con la nave «Halcón Milenario» de Star Wars, según expertos de Spaceweather.com.
La forma única del cometa podría deberse a irregularidades en su núcleo, explicó el astrónomo de BAA, Richard Miles. A medida que el gas se expande lejos del cometa, estas irregularidades se vuelven más definidas, creando la distintiva apariencia de cuernos.
Este evento no es la primera vez que el «Cometa Diablo» muestra su impresionante erupción. En julio del mismo año, el cometa explotó por primera vez en 69 años, con una coma que creció hasta alcanzar unas 230 mil kilómetros, unas 7 mil veces más ancha que el núcleo del cometa.
El 12P/Pons-Brooks, compuesto por «volcanes fríos», presenta un núcleo sólido con un diámetro estimado de 30 kilómetros, tres veces más grande que el monte Everest. Lleno de una mezcla de hielo, polvo y gas conocida como criomagma, su actividad explosiva se desencadena cuando la radiación solar calienta su interior, generando presión y expulsando sus «heladas entrañas» al espacio a través de grietas en la capa del núcleo, según Live Science.