Llegamos a fin de año, momento de pasar página y soltar todo lo acontecido este año, agradecer por lo aprendido y perdonar aquello que nos dañó. En el caminar por nuestra vida podemos llegar a sentirnos cansados, derrotados, como si nuestra sombra estuviera acompañada por una gran nube gris que no tiene la intención de moverse pronto. Desgraciadamente, en un mundo tan rápido y áspero pareciera que los momentos felices transitan como una estrella fugaz, permaneciendo vagamente en nuestra memoria, mientras que el cansancio y agobio se adhieren a nuestra alma con mayor fuerza.
Es en estos momentos cuando nos cuestionamos ¿realmente soy feliz con mi vida?
Podríamos casi afirmar que es esta pregunta es un mantra universal.
Esta misma pregunta fue la base de un estudio realizado por la Psicóloga, Fabiola Ochoa Sánchez, miembro fundador, del Centro Integral Árbol de Vida, quien dirigió durante un año una investigación para lograr responder a la siguiente pregunta, ¿Qué tan feliz es la gente en San Luis Potosí?
La investigación abordaba sobre la felicidad en San Luis Potosí revela un panorama completo de los factores que influyen en el bienestar de la población potosina. La metodología abordó diversas dimensiones, desde la edad y el estado civil hasta el temperamento y la escolaridad, proporcionando un análisis detallado de la felicidad en la región. Teniendo como participación instituciones gubernamentales, escolares y culturales. Teniendo como base metodológica en el estudio el modelo, PERMA, el cual se respalda en el estudio científico de la psicología positiva.
Uno de los hallazgos mas interesantes se centra en la resiliencia de los potosinos. A pesar de enfrentar situaciones difíciles, como pérdidas familiares, violencia, y los desafíos de una pandemia, la población mostró una capacidad notable para adaptarse y superar adversidades. Esta resiliencia se convierte en un componente clave que contribuye al elevado nivel de felicidad en la región.
En cuanto a la edad, la investigación reveló que las personas entre 50 y 59 años son quienes reportan mayor felicidad en comparación con otros grupos de edad. Este resultado plantea preguntas intrigantes sobre cómo las experiencias acumuladas a lo largo de la vida y las perspectivas cambiantes pueden influir en la percepción de la felicidad.
El estado civil también surgió como un factor significativo. Las personas casadas mostraron un nivel mas alto de felicidad en comparación con aquellas en unión libre, solteras, divorciadas o viudas. Este resultado puede estar relacionado con la estabilidad y el apoyo emocional que brinda el matrimonio, destacando la importancia de las relaciones románticas en el bienestar individual.
El temperamento, clasificado en sanguíneo, colérico, flemático y melancólico, también influyó en la felicidad. Sorprendentemente, los coléricos, conocidos por su energía y determinación, fueron los mas felices. Esto podría indicar que aquellos con un temperamento más enérgico y pro activo experimentan una mayor satisfacción en la vida.
La escolaridad demostró ser otro factor determinante. Aquellas personas con educación superior mostraron niveles más altos de felicidad. Este resultado resalta la importancia del aprendizaje continuo y el desarrollo personal en la búsqueda de la felicidad. La educación superior no solo proporciona oportunidades profesionales, sino que también puede contribuir a una mayor satisfacción personal.
Al comparar estos hallazgos con mediciones anteriores realizadas por instituciones como INEGI, se observa una coherencia en los resultados generales. San Luis Potosí se sitúa en un nivel elevado de felicidad en comparación con otras regiones, demostrando una consistencia en la percepción del bienestar a lo largo del tiempo.
Además, se destaca la influencia positiva de las buenas relaciones sociales en el nivel de felicidad. Este factor, medido no solo por la cantidad de amigos sino también por la calidad de las relaciones familiares, laborales y personales, emergió como uno de los principales impulsores de la felicidad.
Seguiremos informando.
