La leyenda del Yeti, también conocido como el «abominable hombre de las nieves», tiene sus raíces en la expedición británica al Monte Everest de 1921. Aunque la misión original buscaba rutas de escalada, se encontraron con grandes huellas en la nieve, que el líder de la expedición interpretó como las zancadas de un lobo. Sin embargo, los lugareños sugirieron que pertenecían al «metoh-kangmi» o «hombre-oso muñeco de nieve».
Un reciente estudio científico ha arrojado luz sobre el misterio del Yeti al analizar el ADN de muestras recolectadas de supuestos restos de esta criatura. Publicado en el boletín Proceedings of the Royal Society B, el estudio revela que las muestras no provienen del esquivo Yeti, sino de osos más mundanos pero igualmente raros.
La leyenda del Yeti, también conocido como el «abominable hombre de las nieves», ha cautivado la imaginación de exploradores y entusiastas durante décadas. Inicialmente, se pensaba que estos seres peludos eran ficticios, historias contadas por los nepaleses para mantener a los niños alejados de lugares desconocidos. Sin embargo, el mito del Yeti se arraigó en la tradición sherpa budista hace unos 350 años, vinculándolo a la historia de un santo llamado Sangwa Dorje.
El interés en el Yeti se intensificó con fotografías tomadas por Eric Shipton en 1951, que mostraban huellas misteriosas en el Himalaya. A lo largo de los años, varias expediciones han buscado pruebas de la existencia del Yeti, y famosos exploradores como Sir Edmund Hillary se embarcaron en la búsqueda. Incluso el Departamento de Estado de EE. UU. emitió reglas para comportarse en presencia del Yeti en 1959.
Icon Films, una productora trabajando en un documental sobre el Yeti en 2016, solicitó a la científica Charlotte Lindqvist y su equipo que analizarán muestras de supuestos restos del Yeti. Utilizando la secuenciación de ADN mitocondrial, descubrieron que las muestras coincidían con osos pardo y negro del Himalaya, revelando así la verdadera identidad de estos especímenes.
Aunque esta revelación puede decepcionar a aquellos que esperaban evidencia concluyente del Yeti, el estudio proporciona valiosa información sobre la diversidad de osos en la región del Himalaya. Además, destaca la vulnerabilidad del oso pardo del Himalaya, una subespecie en peligro de extinción, y del oso negro asiático, catalogado como «vulnerable». La conservación de estos animales y la preservación de su hábitat se vuelven aún más cruciales en medio de estas nuevas revelaciones científicas.
Seguiremos informando.