Con la llegada de las festividades navideñas, el uso de pirotecnia se vuelve común en muchas celebraciones, pero para las mascotas, este espectáculo es más que un riesgo: es una verdadera pesadilla. Lejos de disfrutar de los fuegos artificiales, los animales, desde perros y gatos hasta caballos y aves, experimentan miedo y estrés significativos.
El ruido ensordecedor de los cohetes afecta directamente el sentido auditivo de las mascotas, generando ansiedad y provocando reacciones de esconderse o buscar refugio. La pirotecnia no solo perjudica a las mascotas domésticas, sino que también afecta a los animales en entornos urbanos y granjas.
Según Animal Ethics, el oído de los animales es considerablemente más sensible que el de los humanos, haciendo que las explosiones de la pirotecnia no solo resultan molestas, sino que también puedan causar daño auditivo grave. La Dra. Yesenia Osuna Ramos, responsable de Medicina en la Universidad Autónoma de Sinaloa, destaca que los perros, por ejemplo, tienen un oído cuatro veces más sensible que el humano, pudiendo experimentar una paralización completa en situaciones de alto estrés por el ruido.
Los perros, según Animal Ethics, pueden desarrollar reacciones similares al estrés postraumático en humanos, especialmente si están expuestos a la pirotecnia desde temprana edad, lo que contribuye al desarrollo de fobias. En el caso de los gatos, aunque sus efectos son menos evidentes, suelen esconderse o intentar escapar en respuesta al estruendo de los fuegos artificiales.
Los caballos, grandes y majestuosos, no escapan al impacto negativo de la pirotecnia. Se sienten amenazados, experimentando miedo y ansiedad. Las aves, por su parte, pueden desorientarse y entrar en pánico ante los sonidos fuertes, llegando incluso a estrellarse contra edificios.
Las consecuencias para las mascotas pueden ser graves, incluso letales. El ruido de los fuegos artificiales puede inducir ansiedad extrema, llegando a causar paro cardíaco en algunos casos. Los perros, en particular, son afectados entre un 30% y un 40%, dado que su oído es considerablemente más sensible que el de los humanos.
Los síntomas de que una mascota está sufriendo un ataque de pánico debido a los fuegos artificiales incluyen la tendencia a esconderse debajo de muebles o en habitaciones alejadas, así como buscar refugio en el regazo de sus dueños para sentirse seguros. Además, pueden manifestar ladridos compulsivos, babeo excesivo, cabeza agachada con la cola entre las patas, agresividad, incontinencia, convulsiones y llanto.
En vista de estos riesgos, se recomienda encarecidamente evitar el uso de fuegos artificiales en entornos cercanos a mascotas y considerar alternativas más seguras y menos estresantes para garantizar su bienestar durante las celebraciones festivas.
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