La magia de la temporada navideña se manifiesta de manera especial a través de los árboles que adornan lugares emblemáticos, convirtiéndolos en destinos obligados para quienes buscan sumergirse en el espíritu festivo. Condé Nast Traveler nos lleva a descubrir algunos de los árboles más famosos, combinando su propio ranking con datos de la web Diys.com.
Rockefeller Center, Nueva York:
Un ícono indiscutible, el árbol de Navidad del Rockefeller Center se erige majestuoso en la plaza de Nueva York cada año. Con alturas que oscilan entre 20 y 30 metros, atrae a multitudes locales e internacionales, convirtiéndose en un símbolo inconfundible de la temporada festiva.
Plaza San Pedro, El Vaticano:
La majestuosidad de la Plaza San Pedro, en el Vaticano, se ve resaltada por un árbol de Navidad imponente con una altura de 28 metros. Proveniente del valle de Maira, en Piamonte, Italia, este árbol se iluminará el 9 de diciembre y su madera encontrará un propósito noble al convertirse en juguetes para niños necesitados.
Trafalgar Square, Londres:
Un símbolo de amistad entre naciones, el árbol de Trafalgar Square en Londres es un regalo de Noruega al Reino Unido, recordando el apoyo durante la Segunda Guerra Mundial. Decorado al estilo noruego, su encendido el 7 de diciembre marca el inicio de las festividades con mercadillos y coros navideños.
Árbol Flotante de Río de Janeiro, Brasil:
En la laguna Rodrigo de Freitas, en el Parque do Cantagalo, surge un árbol de Navidad flotante que ha ganado renombre mundial. Considerado en el Récord Guinness por su altura y deslumbrantes adornos, su inauguración marca el comienzo de las celebraciones navideñas en la vibrante ciudad de Río de Janeiro.
Árbol de Gubbio, Italia:
En las laderas del Monte Ignino en Italia, el árbol de Gubbio se presenta como una obra maestra única. Con raíces visibles y la parte superior integrada en la basílica, este árbol de Navidad es una representación extraordinaria nacida en los años 80. Iluminado por casi un millón de luces, deslumbra a quienes lo visitan.
Estos destinos, cada uno con su encanto particular, demuestran que más allá de la fecha en que se coloquen, la verdadera magia de los árboles de Navidad radica en el lugar donde florecen, creando experiencias inolvidables para todos aquellos que los admiran durante la temporada festiva.