
El Pueblo Mágico de El Oro, una joya escondida entre las montañas del Estado de México, ofrece a los visitantes una experiencia única que combina historia, naturaleza y tradiciones locales. Aunque su pasado minero ha quedado atrás, el encanto de este destino turístico perdura, brindando a los viajeros la oportunidad de sumergirse en su rica herencia y explorar sus fascinantes atracciones.
Uno de los tesoros históricos de El Oro es su Antigua Estación de Tren, testigo de una época en la que era vital para el transporte de oro y pasajeros. El antiguo vagón de tren, ahora convertido en un restaurante, alberga fotografías que capturan la esencia de este Pueblo Mágico en sus días de esplendor minero.
Para los amantes de la naturaleza, El Oro ofrece bosques de pino y cedro que rodean el pueblo. Además, como uno de los santuarios de la mariposa monarca, brinda a los visitantes la oportunidad de maravillarse con la vida de este increíble insecto.
El Oro presenta construcciones que cautivan la atención de turistas nacionales y extranjeros. Desde el Teatro Juárez hasta el Palacio Municipal, los edificios reflejan estilos europeos de la época, como el art nouveau y neoclásico.
La cocina local es una delicia para el paladar. Ofrece platillos como barbacoa, carnitas, enchiladas mineras y mole verde con carne de guajolote. Las «chivas», acompañadas de un licor especial, son el digestivo perfecto según los lugareños.
El Oro se encuentra estratégicamente ubicado a una hora y media de Toluca, dos de Morelia y dos y media de la Ciudad de México o Querétaro. Además, está a tres horas de Cuernavaca o Pachuca. Su posición en la parte montañosa del estado ofrece un entorno pintoresco, colindando al norte con Temascalcingo, al este con Atlacomulco y Jocotitlán, y al oeste con el estado de Michoacán.