Experto en seducción política, el excandidato a la gubernatura, Octavio Pedroza, y un grupo de viejos lobos de mar se han convertido en los nuevos dueños del PAN. Octavio ha levantado la mano para ser senador y buscar la presidencia municipal de la capital potosina, pero con la pluri local se conforma.
Octavio entró en un proceso de amargura tras su derrota en la elección del 2021 frente a Ricardo Gallardo Cardona. El hombre ha buscado hasta debajo de las pierdas a quien responsabilizar de tal fracaso sin percatarse de que fue él el único responsable.
En su rumiar político, se convirtió en un cruel crítico de Enrique Galindo Ceballos, alcalde de la capital, de quien se decía gran amigo, amigo por siempre. Ya se vio que la amistad en realidad era frágil.
Buscando descargar su coraje y frustración, encontró que era el diputado Xavier Azuara el dueño de todos sus males, de su displicencia y de su falta de trabajo, así que hizo grupo con algunos bohemios, afectos al buen vino y las mejores viandas, con un reportero y dos empresarios que tienen medios de comunicación, pero que los usan como herramientas de presión para colocar a sus esbirros en cargos políticos, aviadurías o magistraturas.
Así, fueron endulzando el oído de la actual presidenta del partido, Verónica Rodríguez, hasta que lograron que rompiera con el grupo político que la llevó al poder, mismo que encabeza Xavier Azuara.
Ya bajo su dominio, la presidenta panista conocerá el verdadero yugo de la esclavitud política, de la presión para que designe candidatos, para que convenza a su bancada de elegir un magistrado y de hacer malabares para que los parásitos de sus nuevos amos tengan donde cobrar sin trabajar.
Se sabe que la dirigente tiene cercanía con el secretario general de gobierno. J. Guadalupe Torres Sánchez, así que, además de todo, tendrá dos amos y el que a dos amos sirve, con alguno queda mal.
El deslinde está hecho, así que doña Verónica podrá gozar de su poder desprendida del grupo que la convirtió en lo que hoy es, dirigente de un partido en el que tendrá que rendir cuentas, aunque le daba la vida a su administrador como dijo también, en esa polémica sesión del sábado pasado.
Ya cobijada por sus nuevos amos, Verónica tiene el primer reto en frente: la visita de Xóchitl Gálvez el próximo fin de semana.
Cavilaciones:
Primera: Entre mujeres pueden desgarrarse, pero jamás se hacen daño. Así las cosas, Sara Rocha Medina dijo un contundente “no perdemos nada” ante la renuncia de la diputada Yolanda Cepeda, con quien siempre ha tenido diferencias. Parece que, esta vez, la dirigente del PRI tiene razón. El PRI ya no tienen nada que perder.
Segunda: La 4T es guinda; es el lema que ya corre en redes sociales y en las calles de San Luis Potosí. Dicen que será el grito de batalla de un frente poderoso que busca equilibrios y contrarrestar el agandalle político que está haciendo el Partido Verde.
Tercera: Leonel Serrato repetirá candidatura por la presidencia municipal de la capital potosina o, por lo menos, esos son sus deseos. De prosperar, se estaría enfrentando a Gilberto Hernández Villafuerte como posible candidato del Verde. En el frente, todavía no se sabe quién va; si Enrique Galindo, Rubén Guajardo o David Azuara.
