Un grupo de investigadores de la Universidad de Utrecht ha desvelado indicios de un continente desaparecido que se separó de la masa terrestre que finalmente se convirtió en Australia hace unos 155 millones de años. Este antiguo trozo, denominado Argolandia, había sido hasta ahora objeto de suposiciones y conjeturas sin evidencia clara. Se estima que tenía unos 5.000 kilómetros y se desprendió del oeste de Australia, iniciando su viaje independiente.
A pesar de que los investigadores sugieren que Argolandia puede no existir en su forma original hoy en día, tampoco ha desaparecido por completo. La morfología del lecho marino apunta a que este continente derivado se desplazó hacia el noroeste, posiblemente hacia la región sudeste de Asia. La dinámica de las placas tectónicas, responsables de la movilidad de los continentes durante millones de años, ha sido clave en esta separación y desplazamiento, un proceso común que ha dado lugar a la separación y unión de los continentes a lo largo del tiempo.
La creación de una profunda cuenca oceánica tras la ruptura de Argolandia indica su desplazamiento hacia el noroeste, posiblemente culminando en las actuales islas del sudeste asiático. Este fragmento comenzó a dividirse hace unos 300 millones de años, formando lo que los investigadores denominaron un «Argopiélago». No obstante, no se trata de un gran continente oculto, sino de restos de pequeños fragmentos continentales rodeados por cuencas oceánicas más antiguas.
Douwe van Hinsbergen, geólogo de la Universidad de Utrecht, explicó que si los continentes pueden sumergirse por completo y desaparecer sin dejar rastro geológico, la reconstrucción del pasado geológico de la Tierra sería extremadamente difícil. Afortunadamente, existen evidencias de épocas pasadas en forma de pequeños fragmentos.
Durante el Jurásico tardío, hace entre 164 y 145 millones de años, el supercontinente Pangea se dividió en Laurasia y Gondwana. En este periodo, Argolandia ya estaba fragmentada en varios pedazos. La reconstrucción computarizada basada en pruebas geológicas existentes ayudó a comprender cómo se dividió en estos fragmentos, dispersándose alrededor de lo que hoy son Indonesia y Myanmar.
Eldert Advokaat, uno de los autores del estudio, señaló que la situación en el sudeste asiático es distinta a la de otros lugares, ya que Argolandia se dividió en múltiples fragmentos en lugar de dos piezas claramente separadas, como sucedió en otros continentes.
Los científicos se apoyaron en la llanura submarina abisal de Argo como evidencia de la existencia pasada de Argolandia. Su historia no implica una desaparición total, sino una transformación que coincide entre sistemas geológicos cercanos como el Himalaya y Filipinas.
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