En agosto de 2022, el Ejecutivo Estatal anunció sus intenciones de desaparecer la Promotora del Estado y el Instituto de Vivienda del Estado por considerar que coincidían en muchas de sus funciones y que, en esencia, no estaban entregando buenos resultados al pueblo de San Luis Potosí. En ese momento, el secretario general de Gobierno, J. Guadalupe Torres Sánchez, adelantó que, tan pronto como comenzara el nuevo periodo legislativo en el Congreso, se presentaría la propuesta para fusionar ambos organismos y crear una institución que cumpliera con las encomiendas correspondientes.
Pasaron los meses y no se supo nada hasta este jueves 12 de octubre; sin tanto escándalo, los diputados aprobaron fusionar a la Promotora y al INVIES en lo que ahora se denomina Instituto de Regularización y Vivienda Social (INREVIS). Fue tan minuciosa la operación que no dio tiempo a respingo alguno, ni siquiera los trabajadores de ambas instancias tuvieron oportunidad de quejarse. Fue hasta este lunes cuando se presentaron a trabajar y cayeron en cuenta de lo que había pasado, aunque hay versiones en las que se asegura que ya se les había adelantado el tema y que, incluso, se les ofrecieron oportunidades de reacomodo.
En una respuesta muy tardía, trabajadores y ciudadanos levantaron la vos; los primeros para exigir que se respeten sus derechos, los segundos para demandar resultados ante procesos que se han impulsado desde hace años y que nomás no han dado resultados, porque la Promotora no promovía nada y porque el INVIES se cansó impulsando la creación de Ciudad Satélite que fue todo, menos un espacio de vivienda digna.
Durante el carrerato, la Promotora del Estado fue espacio de engaños y fraudes a manos de Juan José «La Burra Ortiz. Son muchas las denuncias que se hicieron públicas sobre las irregularidades que se cometieron desde este organismo en perjuicio de los potosinos. A nadie se le garantizó la tenencia de la tierra y ni pensar en que se cumpliera el resto de los objetivos para los que fue creada la institución.
En contraparte, el INVIES fue el instrumento que utilizó el ahora diputado local Héctor Mauricio Ramírez Konishi para impulsarse políticamente, desde luego, bajo el cobijo de su padre, el líder sindical Emilio de Jesús Ramírez. Pese a las grandes demandas y carencias que existían, el INVIES era lo mismo que un cero a la izquierda. Insisto, con Ciudad Satélite simuló trabajo y de ahí en fuera, no se supo más.
Quizá las formas no fueron las correctas, pero la desaparición de la Promotora del Estado y del Instituto de Vivienda no viene a afectar la operación del Gobierno del Estado, porque ni una ni otra estaban trabajando. Su desempeño era inane, fútil, irrelevante. Ahora, el nuevo instituto tiene la responsabilidad de responder a todas aquellas demandas que, por omisión o por gusto, no se atendieron oportunamente.
Cavilaciones:
Primera: Ocho días después, nos enteramos por ADN40 de un operativo de las fuerzas especiales del Ejército y de la DEA en Tamasopo. Iban por un capo del fentanilo, pero se les fue. Habitantes de la región dicen que las consecuencias tienen que ver con el descarrilamiento del tren de Kansas City en Cárdenas y la trágica muerte de una joven cuyo vehículo se quedó atascado justo a mitad de las vías ahí en Tamasopo. Aten cabos y encuentren la relación.
Segunda. Un homenaje póstumo se rendirá, hoy, en Palacio de Gobierno al exgobernador, Teófilo Torres Corzo. La clase política se dará cita para despedir al político y empresario.
Tercera: Trabajadores del Poder Judicial Federal están dispuestos a defender sus fideicomisos de retiro. No son burocracia dorada, dicen, y retan al presidente, Andrés Manuel López Obrador, a que los reprenda si quiere. El tema está que arde.
