En 1973, «El Exorcista» se estrenó en los cines, causando una gran controversia debido al tema perturbador que abordaba: la posesión demoníaca. Sin embargo, la película pronto se vería envuelta en una serie de sucesos extraños que alimentaron la creencia de que estaba maldita, especialmente tras la muerte de su director, William Friedkin.
Antes de que las cámaras comenzaran a rodar, un incendio devastador estalló en el set, en la casa donde ocurren los eventos de posesión. Este incendio trágico dejó a tres operarios muertos y sumió a todos los involucrados en la película en un profundo temor.
La maldición pareció afectar a los actores también, los personajes interpretados por Jack MacGowran y Vasiliki Maliaros, quienes morían en la película, fallecieron en la vida real durante la post-producción. Además, un técnico fue asesinado y el vigilante nocturno que custodiaba el estudio fue encontrado sin vida, lo que solo aumentó la sensación de fatalidad que rodeaba a la producción.
Incluso Jason Miller, uno de los protagonistas, sufrió un infortunio personal cuando su hijo estuvo gravemente herido después de un accidente en moto. Los eventos trágicos continuaron ocurriendo después del estreno de la película.
En 1975, la versión teatral de la obra se estrenó en Londres, y poco después, la actriz Mary Ure, quien interpretó a la niña poseída, fue encontrada muerta en la bañera de su casa. En 1979, el actor Paul Bateson, que tuvo una pequeña aparición en la película, fue condenado por asesinar a un crítico de cine y se sospechó de su implicación en otros seis crímenes.
Para 1987, la maldición pareció extenderse a la vida personal de quienes participaron en la película. El hijo de Mercedes McCambridge, la actriz que proporcionó la voz al demonio que poseía a Regan, cometió un espantoso acto al matar a su esposa, sus hijos y luego suicidarse.
Estos eventos inexplicables, que incluyen incendios, muertes y tragedias personales, rodearon la producción de «El Exorcista» y reforzaron la creencia de que la película estaba maldita. A lo largo de los años, esta película continúa siendo objeto de fascinación y horror, tanto por su contenido en la pantalla como por los oscuros eventos que la rodean en la vida real.
