El satélite Copernicus Sentinel-5P ha realizado mediciones que han dejado a la comunidad científica en alerta, al revelar que el agujero en la capa de ozono sobre la Antártida en el año 2023 es uno de los más extensos jamás registrados. Esta «zona de agotamiento de la capa de ozono» alcanzó una asombrosa extensión de 26 millones de kilómetros cuadrados el 16 de septiembre de 2023, aproximadamente tres veces el tamaño de Brasil, según un informe de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Según la ESA, el tamaño del agujero de la capa de ozono experimenta fluctuaciones periódicas, y durante los meses de agosto a octubre, aumenta en tamaño, alcanzando su máxima expansión entre mediados de septiembre y mediados de octubre. Los científicos han comenzado a especular sobre las causas de este inusual patrón de ozono de este año, y algunos sugieren que podría estar relacionado con la erupción del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha’apai en enero de 2022.
Cuando este volcán submarino entró en erupción el 15 de enero, provocó un tsunami y un estallido sónico que se propagó alrededor del mundo en dos ocasiones. Además, liberó una inmensa columna de vapor de agua en la estratosfera, suficiente para llenar más de 58 mil piscinas olímpicas.
Cabe recordar que en las décadas de 1970 y 1980, el uso generalizado de clorofluorocarbonos (CFC) en productos como refrigeradores y latas de aerosol dañó la capa de ozono en la alta atmósfera, dando lugar a un agujero en la capa de ozono sobre la Antártida. En respuesta a esta preocupante situación, se creó el Protocolo de Montreal en 1987, con el objetivo de proteger la capa de ozono al eliminar la producción de estas sustancias perjudiciales.