En el desierto de Monclova, Coahuila, exista una pirámide de estilo egipcio, cuya construcción se atribuye a un campesino local, Raymundo Corona, quien afirma haber recibido el encargo directo de seres extraterrestres, a los que se refiere como aliens.
La asombrosa historia se remonta a 1983, cuando la esposa de Raymundo, embarazada en ese momento, experimentó complicaciones durante el parto en un hospital de la frontera. Ante la necesidad de una cesárea de emergencia, el bebé nació sin vida, además de que la madre enfrentaba un grave peligro.
En ese momento crítico, Raymundo sufrió un desmayo y entró en un estado de visiones, en estas, se encontró con una entidad que llevaba una túnica negra, a quien imploró que no se llevara a su esposa y a su hijo fallecido. Este ser se presentó como Herulayka, originario del planeta Nefilim en la constelación de Orión, y le explicó que él no tenía el poder de decidir sobre la vida y la muerte, sino que esa autoridad residía en una entidad superior, la cual, escuchó la petición de Raymundo y salvó a su familia.
Tiempo después, Herulayka se le apareció nuevamente, esta vez tomando la forma de un ser humano con cabello largo y rubio, vestido de blanco. Reveló que su raza extraterrestre era similar a la humana pero más avanzada y le encargó la construcción de una pirámide en Monclova, hecha de piedra para que el viento no pudiera derribarla.
Agradecido por la salvación de su esposa e hija, Raymundo aceptó la tarea de construir la misteriosa pirámide en el desierto de Monclova como un acto de devoción hacia los seres de otro mundo. Aunque la pirámide ha sido objeto de estudio, su origen sigue siendo un misterio. Los investigadores continúan examinando la estructura en busca de pistas sobre su construcción y propósito.
Como suele ocurrir con descubrimientos de origen alienígena, algunas personas creen que la historia detrás de la pirámide de Monclova podría ser falsa y que la estructura fue construida con fines turísticos o comerciales.