En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados y los dispositivos electrónicos parecen destinados a la obsolescencia, Wilmer Becerra emergió como un defensor de los consumidores y del medio ambiente. Antes de que su nombre se hiciera conocido por su enfrentamiento con Apple, Becerra había dedicado más de una década a reparar dispositivos electrónicos. Pantallas rotas, baterías agotadas y teclados arruinados eran solo algunos de los problemas que enfrentaba, salvando a los dueños de gastos innecesarios y al planeta de la acumulación de residuos electrónicos.
Este colombiano de 35 años encontró su pasión por la electrónica mientras cursaba la secundaria en un colegio público en Bucaramanga, la capital de Santander, en el noreste de Colombia. Hijo de un transportista y una madre dedicada al hogar, Becerra financió su educación a través del Icetex, la entidad estatal que brinda créditos educativos a personas con recursos limitados. Para graduarse, trabajaba durante el día y estudiaba por las noches.
Becerra se sumergía en los intrincados laberintos de los dispositivos electrónicos, aprendiendo cada componente y circuito. A medida que crecía como empresario, compartía su trabajo en las redes sociales, especialmente en TikTok, donde acumuló 5.3 millones de seguidores. Aprovechando el auge digital durante la pandemia, mostraba el estado lamentable en el que llegaban los dispositivos, desde teléfonos móviles hasta computadoras, revelando el proceso de reparación.
A finales de julio de 2023, Wilmer Becerra recibió una comunicación que lo dejó desconcertado, pues enfrentaba acusaciones de Apple en tres puntos específicos: el uso no autorizado del logo y elementos distintivos de la compañía, la compra de piezas no originales y la supuesta representación como un servicio técnico oficial de la marca. Ante estos argumentos planteados por la gigante tecnológica estadounidense, Becerra se encontraba en una encrucijada sin saber cómo actuar. En busca de orientación legal, recurrió a abogados expertos en derechos de autor y marcas, encontrando además un apoyo significativo por parte de sus seguidores en las redes sociales.
«Me acusaron de llevar a cabo acciones irregulares, incluyendo el uso indebido de su logo, la supuesta representación como un servicio técnico oficial y la utilización de piezas no originales. Además, me advirtieron que estas acciones podrían conllevar una pena de cuatro a ocho años de prisión. Lo percibí como una suerte de hostigamiento dirigido hacia lo que hacía», relató Becerra ante esta situación inesperada.
Después de intercambiar cartas con representantes de Apple, en las cuales Becerra les propuso una alianza para ofrecer reparaciones de calidad a miles de usuarios, el empresario ahora podrá acceder a repuestos directamente en Colombia, en lugar de tener que adquirirlos en Estados Unidos, a menudo con restricciones de importación o reciclarlos de otros equipos de la misma marca.
