Cuando una persona atraviesa una crisis emocional vivencia una situación que sobrepasa su capacidad de respuesta y de adaptación ante un evento crítico (como un accidente, un fallecimiento o una pérdida), para poder responder asertivamente frente a una crisis emocional y brindar ayuda a quien la necesite, resulta fundamental tener en cuenta algunos aspectos básicos.
Es importante que aprendamos sobre cómo manejarnos cuando una persona padece una crisis emocional para brindarle asistencia y poder acompañarla, pero ¿cuáles son los pasos a seguir?
- Escucha atenta: escuchar detenidamente a la persona, sin dar consejos ni juzgar.
- Ayudar a la persona a expresarse: preguntarle cómo se siente, es importante poder verificar si la vida de la persona se encuentra en peligro, en estos casos, se puede recurrir a preguntas directas sobre si ha pensado en dañarse a sí misma o a alguien más.
- Recuérdale respirar profundamente: esto ayudará a que la persona poco a poco se relaje, se paciente.
- Establecer prioridades: guiar a la persona hacia pasos que le permitan sentirse acompañada, sugerir llamar a un amigo o familiar, como también buscar ayuda profesional.
- Acercar a la persona a fuentes de salud y apoyo: si la persona necesita dirigirse a un hospital o centro de salud ofrecer acompañar en el trayecto, brindar números útiles y contactarse con personas cercanas para que realicen un seguimiento del proceso.
- Mantenerse en contacto: una vez superada la situación de crisis es importante contactar a la persona para saber cómo ha sido su proceso, preguntarle si ha habido avances o retrocesos y si precisa de ayuda.
En el desarrollo típico de una crisis, los primeros intentos de contraataque suelen fallar y el individuo continúa sintiendo una creciente presión interna por hallar una solución, la urgencia de la situación puede estimular su creatividad, haciendo que descubra nuevas estrategias de afrontamiento, o bien, puede encontrar nuevas fuentes de ayuda, como asistencia profesional.
Esta fase se considera el núcleo central de la crisis emocional, en la que se toma una decisión, se puede intentar buscar una salida a través de la creación de nuevos recursos personales, o, por el contrario, se pueden producir mecanismos mal adaptativos de evitación y retraimiento.
Es importante entender que la única manera de evitar que una crisis emocional finalice con un desenlace crítico, como es el caso de un suicidio, se debe asistir a la persona en crisis. La prevención temprana y un acompañamiento adecuado resultan ideales.
Los profesionales de la salud mental buscarán establecer un plan de crisis para brindarle a la persona alternativas de acción y soluciones prácticas ante eventos estresantes.
Estefanía López Paulín
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