Desgraciadamente la guerra continúa del otro lado del océano, el enfrentamiento armado entre las fuerzas de Rusia y Ucrania parece que no encontrará tregua pronto, la tensión y el fuego sigue acrecentando cada vez más entre ambas naciones, y parece que la contraofensiva ucraniana que planeo Zelenski va perdiendo la capacidad de resistir el embate del ejército Ruso, que pese a las múltiples sanciones que ha instaurado la ONU y otros organismos internacionales, las fuerzas rusas han dejado en claro que no planean detenerse.
Semanas atrás la insurrección del grupo de mercenarios conocido como «Grupo Wagner», parecía que provocaría una guerra civil dentro del territorio, lo que parecía un escenario perfecto para el ejército ucraniano de recobrar fuerza y territorio a causa de los incendios interinos en Rusia.
Para sorpresa de todos esa llamada de insurrección se apagó rápidamente y no representó más que un problema mediático para el ejército Ruso, quien ahora con la implementación de drones de combate parecen llevarle toda las ventaja a las fuerzas de Ucrania que continúan a la defensiva.
Esta semana una nueva polémica envuelve al ejército Ruso, debido a las condiciones de maltrato y violencia a las que someten a los prisioneros capturados de las fuerzas ucranianas, quienes al volver a casa presentan condiciones extremas en desnutrición y en el 95% de los cosas confirman haber sido torturados por las fuerzas rusas.
Situación totalmente contraria en el bando ucraniano, quienes prevén de todas las medidas necesarias pactadas en la Convención de Ginebra a los prisioneros rusos, encargándose de su alimentación y permitiendo que estos puedan comunicarse de forma diaria con sus familiares, quienes conocen en todo momento el estado de estos y su paradero, situación que del bando contrario es totalmente diferente, ya que los prisioneros no tienen el derecho de comunicarse y parecen estar en condición de «desaparecidos».
La molestia del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenski se hizo notar con las Comisión Internacional de la Cruz Roja, quienes parecen no estar calificados para cumplir con su deber y dejar a la merced de la muerte a los prisioneros ucranianos.
“A lo que aspiro es a que el CICR certifique abierta y jurídicamente que Rusia está violando la Convención de Ginebra, porque ése es el mandato del CICR”, dijo Lubinets que hasta ahora ha optado por la discreción y el perfil bajo ante las críticas de Kiev.
El Defensor del Pueblo explicó que el CICR justifica su incapacidad para hacer respetar los derechos de los cautivos ucranianos en la negativa de Rusia a permitirle tener acceso a estos prisioneros, y recrimina a la organización que no denuncie públicamente la actitud rusa y destaque al mismo tiempo que Ucrania sí les permite desempeñar su papel.
Seguiremos informando.