La memoria es la esencia del vivir, todo aquello que atravesamos en el caminar de nuestros días, el amor, los momentos de alegría que hacen a cada día único así como las derrotas y los corazones rotos que nos hacen avanzar y seguir adelante, todo está guardado en la memoria.
Somos seres vivenciales, nuestra capacidad de recuerdo es una herramienta de supervivencia que nos permite aprender de las experiencias y evolucionar, todo esto gracias a la interconexión de las neuronas que nos permite evocar recuerdos a corto, mediano y largo plazo.
Desgraciadamente la memoria no es eterna, los recuerdos así como los momentos se esfuman, muchas veces a causa de la edad u otros factores que inhiben la interconexión de neuronas para acceder rápidamente a un recuerdo.
Afortunadamente la ciencia ha comprobado que el realizar ciertas acciones puede ayudar a mejorar nuestra capacidad de memoria y la duración de esta.
Una de las más conocidas pueden ser los ejercicios de mnemotecnia que funciona como un archivador. Si lo acostumbramos a utilizar reglas mnemotécnicas le costará mucho menos agilizar el proceso de encontrar lo que está buscando. Así, utilizar asociaciones que nos resulten cómodas con conceptos que queremos aprender ha resultado ser una excelente estrategia para acostumbrar a nuestra memoria a que recupere con rapidez lo que ya sabemos. Asociar los números con palabras que rimen podría ser el ejemplo más básico . Esta clase de trucos, según han demostrado varios estudios publicados en la revista Neuron, ponen en funcionamiento varias zonas del cerebro distintas del hipocampo, como la corteza perirrinal que tiene un papel clave en el reconocimiento visual.