El avance tecnológico nos sorprende día con día, alcanzando nuevos horizontes que antes parecían imposibles o que solo existirían dentro de las películas de ficción o novelas cyberpunk, pero si algo ha demostrado la humanidad es que siempre se puede superar a la ficción, aunque esto no siempre es necesariamente algo bueno.
El avance de la tecnología robótica y la Inteligencia Artificial ha llegado al campo de la medicina, generando y desarrollando robots y máquinas cuyo objetivo es servir en el área de la enfermería y atención de primera mano a los pacientes.
Dicha incursión presenta todo un dilema moral en donde nos hace cuestionarnos, qué límites deberíamos poner en el avance tecnológico y hasta donde puede esto jugarnos en contra e intervenir en el desarrollo como especie.
Las enfermeras suelen empatizar con sus pacientes y también establecen relaciones significativas con ellos. Para ello, es necesario el contacto humano y con él se fomenta la comprensión, la confianza y el apoyo emocional, los científicos pusieron el foco en cuatro conceptos éticos que se les atribuyen a las enfermeras de carne y hueso y que son la defensa, la responsabilidad, la cooperación y el cuidado.
Los investigadores afirman que una IA puede informar a los pacientes sobre errores médicos, así como dar opciones de tratamiento. Sin embargo, ponen en duda que sea capaz de comprender realmente los valores de los pacientes y de que empatice con ellos. Tampoco creen que un robot pueda actuar como mediador en las relaciones entre humanos ni que se pueda hacer responsable de sus propias acciones.
Se sugiere desarrollar una IA explicable, que permita comprender el proceso de toma de decisiones de los sistemas de inteligencia artificial y mejorar el momento en el que se deba rendir cuentas.
Durante la primera conferencia de prensa realizada el 7 de julio, se le preguntó a la robot enfermera Grace, que fue concebida para interactuar con las personas mayores y las que estuvieran aisladas durante la pandemia del coronavirus y que es capaz de tomar la temperatura corporal con una cámara térmica que lleva instalada en el pecho, si creía que su existencia destruiría millones de puestos de trabajo. La androide contestó: “Trabajaré junto a los humanos para prestar asistencia y apoyo, y no sustituirá ningún puesto de trabajo existente”.
Seguiremos informando.
