La política universitaria no es muy diferente a la de los partidos, pero, como en todo, hay niveles. Por eso, es fácil adivinar que el dirigente del Sindicato Administrativo, Gerardo de Jesús Rivera Müller, es un engañabobos cualquiera que alza como bandera un imposible (el pago de tres días adicionales que no está en el contrato colectivo). En el proceso, no le importa violentar la autonomía universitaria ni involucrar, en sus sucias ideas, al gobernador Ricardo Gallardo Cardona. Todo, porque quiere reelegirse en el cargo.
Rivera Müller sabe perfectamente que se le olvidó (pequeño detalle) incluir esa petición en la revisión del contrato colectivo 2022. Creyó que, igual que arrinconó al timorato de Manuel Fermín Villar Rubio, podría hacerlo con el actual rector, Alejandro Zermeño Guerra, pero se topó con pared.
Zermeño intentó gestionar el beneficio, pero en México lo mandaron con cajas destempladas y así, tal cual, lo hizo saber al dirigente sindical que está convocando a huelga para el 11 de agosto, consciente de que sería declarada ilegal por las autoridades laborales. La única vez que los burócratas universitarios obtuvieron se beneficio fue en 2020 con la aclaración de que se trataba de un apoyo extraordinario de única ocasión.
Es tan retorcido el señor Rivera Müller y tan malvado que, originalmente, tenía programado el estallido de huelga para el 1 de agosto, pero, como no quiere sacrificar sus vacaciones (en alguna playa o en Europa), pues la cambió al 11, lo que le permite entorpecer el regreso a clases y perjudicar, así, a los alumnos. Cree que la acción le permitirá convencer a sus agremiados de que lo reelijan entre otras cinco opciones que se dieron cuenta de sus jugarretas.
Con cuatro años al frente del sindicato, don Gerardo de Jesús probó el poder y le gustó, también le encantan los privilegios, sólo que, ahora, actúa violentando la autonomía universitaria, atropella los derechos de los estudiantes y se adentra en un berenjenal que incluye riesgos para la institución a la que quiere, pero sangrar.
El dirigente sindical no oye razones, excepto las que le abonen a su intención reeleccionista. Claro que puede organizar marchas y manifestaciones, es su derecho. A lo que no tiene derecho es a engañar a los trabajadores universitarios y tampoco a vulnerar a la institución que representa a lo más digno de la sociedad potosina.
Es evidente que alguien está interesado en desestabilizar a la UASLP, manos, por cierto, muy negras, de exfuncionarios y exrectores andan queriendo despertar al tigre con miras a la renovación de la rectoría el próximo año y, de paso, en las elecciones constitucionales de 2024.
Así las cosas, no es coincidencia que, justo este mismo 20 de julio, se manifestara el dirigente estudiantil de la Huasteca, Julio Ellean Rivera Vega, y el representante de la organización Práxis Combativa con el pretexto de buscar la “gratuidad” de la educación universitaria, para ello, pretenden que los alumnos de nuevo ingreso no paguen cuota de inscripción.
Rivera Vega, igual que todos los consejeros alumnos y sus suplentes, gozan de una beca automática del 100 por ciento nada más porque son representantes estudiantiles, sean aplicados o burros, faltistas o cumplidos, tienen todo gratis y algunos apapachos, a eso se suma lo que agarran por fuera.
El movimiento de Julio Ellean Rivera sería muy noble si no tuviera detrás peligrosos personajes como Óscar David Reyes Medrano, un oscuro personaje con profundas relaciones guerrilleras, presunto autor intelectual de la quema del Congreso del Estado en junio del 2020 (en ese tiempo, asesor del malogrado diputado Pedro Carrizalez, “Mijis”). El asunto quedó impune, pero él sigue orquestando entramados como el que comienza a vivir la Universidad. Tiene sus ligas con grupos extremos y con vuela trenes asentados en Morena, como cuando quiso ser síndico de la mano de Xavier Nava. Ahora, por cierto, como promotor de Claudia Sheinbaum en las tierras del Potosí.
Julio Ellean Rivera hace su movimiento en la Huasteca y asegura que tiene 30 amparos promovidos contra la cuota de inscripción en la UASLP, pero hoy, para la sesión del Consejo Directivo Universitario, el señor se disculpa. Lo que es lo mismo, tira la piedra y esconde la mano.
A la guerra sucia contra la Universidad se agrega cierta «organización ciudadana apartidista y sin fines de lucro» que, de la noche a la mañana, mostró mucho interés por hacer públicos los manejos financieros de la UASLP, los sueldos de sus funcionarios y otros detalles. Y qué bueno que lo haga, pero, para despistarle, debería agarrar parejo, porque, curiosamente, desde que su vocero se ganó algunos premios estatales, hay ciertos temas que no toca.
Los cerebros oscuros que buscan sembrar vientos en la máxima casa de estudios de San Luis Potosí pueden cosechar tempestades con un consecuente perjuicio para la comunidad y para todos los potosinos.
Tal vez estos personajes quieren otro episodio como el del 9 de mayo de 1985, así que deben saber que no pasarán inadvertidas sus maldades.
Cavilaciones:
Primera: El gato culto nos dijo que Gerardo Fernández Noroña es un amante de los libros, bien por el aspirante presidencial en estos tiempos en que poco le gusta leer a la gente. No tuvo mucha convocatoria en su evento de la Plaza de Armas, pero tiene un activo que ya quisieran tener otras corcholatas; sabe conectar con la gente.
Segunda: En el Congreso del Estado sorprendió que los panistas votaran en contra del aplazamiento del inicio del periodo electoral. Los mayoritearon PRI, Verde, PT y Morena. Conforme se acerquen los tiempos políticos, se irán complicando las votaciones, porque cada uno quiere lo suyo, peladito y en la boca. Eso dijo el gato meche que siempre se entera de todo (absolutamente todo) lo que pasa en los pasillos del sacro santo Poder Legislativo.
Tercera: No hay manera de que la cultura sea un activo fuerte del actual Gobierno del Estado, pero no todo es culpa de quienes quedan al frente de esta área y menos cuando se ha visto desde lo más alto del Ejecutivo que lo más importante es llenar plazas con gente que va a ver a los grupo y cantantes de moda. Elizabeth Torres fracasó terriblemente, pero ya fue. Ahora, el hecho de que la Secretaría de Cultura siga sin titular es otra muestra clara del poco interés que se tiene en este rubro.