Los mandamases de Morena en San Luis Potosí decidieron dejar la flojera para emprender una serie de actos para reportarle al universo que, en territorio del Potosí, tienen vida; así, la presidenta del Comité Directivo Estatal, Rita Ozalia Rodríguez, organizó un par de eventos muy rabones en convocatoria y, peor aún, echándole bravatas al gobernador Ricardo Gallardo mientras suman a sus filas a personajes repudiados en sus pueblos.
Rita es una asidua visitante a las esferas de Gobierno del Estado, para nadie es un secreto que, a la señora, le gusta pedir favores, muchos son menores y hasta vergonzosos, sin embargo, con ellos ha sabido hacerse de beneficios importantes, tanto para ella como para su círculo cercano, sobre todo familiares.
La presidenta puede ser torpe políticamente (todos sabemos en San Luis Potosí que el cargo lo pidió su hermana, Rosa Icela, la secretaria de Seguridad de AMLO, y el trabajo para sacar limpio el proceso de su elección lo hizo Gabino Morales Mendoza, el superdelegado del Bienestar), pero ha logrado colarse hasta los niveles más importantes con una agilidad que muchos de otros partidos ya quisieran.
Si había duda de que el Verde las trae en San Luis Potosí, fue la secretaria general del partido del presidente, Citlalli Hernández Mora, la que se desnudó el poder que tiene el ecologista en tierras potosinas, con un reproche de soberbia, dejó claro que, en México, saben que es el partido del gobernador Ricardo Gallardo el que pone las condiciones en San Luis Potosí.
Citlalli admitió que fue de las personas que se opusieron y reventaron la alianza entre el Verde y Morena en la elección que ganó el gallardismo. No dio sus razones, pero todo mundo sabe que la senadora se desgañitaba en diatribas contra el hoy gobernador.
La secretaria morenista sabe que, aunque Gabino Morales tiene una gran estructura y un enorme trabajo en campo, el gobernador Gallardo sabe ganar elecciones y hoy tiene, además, toda la fuerza del Estado. Así, Citlalli le vino a patear la casa al gobernador, alterando algunos acuerdos que Mario Delgado tenía sobre la mesa verde del Potosí, pero eso no le importa a doña Citlalli, siempre acostumbrada a descomponer el tinglado sin remordimientos.
A nadie escapa que, aquí, los que mandan son Ricardo Gallardo, en el Verde, y Gabino Morales, en Morena, lo demás es lo de menos. Ambos partidos no lo quieren reconocer y, aunque no estén de acuerdo, son lo que antes se le imputaba al PRI y al PAN, un matrimonio por conveniencia, como si de una novela de amor y de odio se tratara.
De continuar las cosas así, ya se ve que, para el 2024, como dicen los chavos, Verde y Morena serán “quedantes”, amigos con derechos, pero sin obligaciones.
Cavilaciones
Primera: Jacobo Payan Espinosa trae marcando el paso a toda la gente que trabaja en el Club San Luis, incluyendo a los jugadores, porque hay que producir dinero y buenos contratos para solventar los gastos del equipo. Hasta que llegó alguien a poner orden ahí.
Segunda: En los pleitos por tener los favores del gobernador Gallardo están claramente confrontados dos grupos; el del secretario de Gobierno Lupe “La Chiquita” Torres y Nacho “Apretadito” Segura Morquecho. Hagan sus apuestas, señores.
Tercera: Alguien le aconsejó al gobernador dejar de convocar prensa a eventos importantes como la inauguración del alumbrado de avenida Industrias que quedó muy bien, pero con el trabajo tan malito que se está haciendo desde Comunicación Social, pues el evento pasó desapercibido.
Cuarta: El CEEPAC ya está respingando por dinero. No les alcanza para solventar los gastos del plebiscito para municipalizar Villa de Pozos, al menos eso dicen, porque ya desde hace tiempo habían pedido más dinero, aunque no supieron decir para qué. Ni hablar.