Qué complicado se ha vuelto el asunto del puente a desnivel en El Saucito. La zona es un verdadero desmadre en horas pico y es más que evidente que hacen falta muchos proyectos para impulsar el crecimiento de esta colonia y de todas las del norte de la capital, sin embargo, como era de esperarse, hay grupos o perfiles concretos que se oponen. Quién sabe si lo harán por compromiso y con una causa legítima o con la intención de que algo les caiga en el bolsillo.
Lo cierto es que lo sucedido durante las primeras horas del pasado miércoles 12 es apenas el preludio de lo que puede llegar a ocurrir si ciertos actores políticos no miden sus palabras. El conflicto apenas cobró fuerza y ya se evidenciaron algunos que quieren ver al mundo arder.
El proyecto no es nuevo; fue el propio Ricardo Gallardo Juárez quien lo propuso para solucionar el congestionamiento vial de la zona. Ya hasta había repartido los dineros para que se hiciera la obra, pero algunos grupos azules y otros orquestados desde el Gobierno del Estado impidieron que se concretara. Ahí se vio a don Jalil Chalita (en paz descanse) asegurando que Fray Diego nomás necesitaba mejores semáforos y al Tekmol, José Luis Romero Calzada, asegurando que el puente era para que cierta gente pudiera llegar más rápido al Motel Ruta 66.
En su último informe de gobierno, Don Ricardo hasta se disculpó por no haber defendido la obra. Él estaba (y seguramente aún está) consciente de que es una obra más que necesaria.
A Xavi Nava no le importó jamás. Se dedicó a lanzar ataques por todos lados, consiguió que el dinero que se había repartido para la obra regresara a las arcas municipales y, cuando lo tuvo, se lo gastó en sabe qué. Así se perdió el proyecto.
Enrique Galindo lo recuperó como parte de las Vialidades PotoSínas. Algunas versiones hasta decían que era un encargo particular del gobernador Ricardo Gallardo. Con el proyecto perfeccionado y listo para echarse a andar, regresaron los grupos de choque y comenzaron a regar veneno entre los vecinos de El Saucito asegurando el desnivel iba a derribar el puente y que todos los negocios se iban a ir a la quiebra, que la fiesta del Señor de Burgos iba a morir. Le entraron duro al churro.
La justicia federal dio la razón al Ayuntamiento, ni siquiera a Galindo; consideró que la obra es viable y necesaria, pero al sentirse perdidos y ya no tener otra opción, los grupos de choque tomaron el templo y hasta acusaron a los sacerdotes de corruptos y vendidos. Muchos videos que circularon en redes sociales muestran cómo estas personas, supuestos creyentes y respetuosos del prójimo agredieron a adultos mayores y mujeres sin recato alguno.
Pero es claro que el problema no es de la sociedad, alguien está detrás de todo esto, metiendo la cuchara y regando pólvora para que explote el problema. Es un tema político y quien lo mueve está consciente del impacto que tendrá en las próximas elecciones. Les conviene tener a la gente marginada y sin desarrollo. Ya quisiéramos ver a los fifís de Las Lomas rechazando los puentes que se tiene proyectos para la Glorieta de la Familia.
Cavilaciones:
Primera: Las expanistas Josefina Salazar, Laura Gama y Marcela Zapata andan bien arrepentidotas de haberse ido a Movimiento Ciudadano. Ya se dieron cuenta de que en ese partido no tienen futuro, así que se apersonaron a uno de los eventos de Xóchitl Gálvez. Bueno, es de sabios reconsiderar. Dicen que andaban como mi compa, el gatito que se tragó la manteca.
Segunda: Los funcionarios municipales encargados de atender centros comunitarios y núcleos de población altamente rentables, electoralmente hablando, tienen abandonado el trabajo. Que no anden después queriendo ser candidatos o candidatas el próximo año.