En la óptica del Telescopio James Webb, se logró captar un agujero negro de proporciones insólitas, asombrando a la comunidad científica por las inmensas proporciones del mismo, teniendo una masa 4.6 millones de veces mayor a la superficie solar.
En la revista The Astrophysical Journal Letters, se publicó un artículo en el que se detallan, otros dos agujeros negros y once galaxias, formadas cuando el universo tenía entre 470 y 675 millones de años.
“Hasta ahora, la investigación sobre objetos en el universo primitivo era en gran parte teórica”, dice Finkelstein. “Con Webb, no solo podemos ver agujeros negros y galaxias a distancias extremas, ahora podemos comenzar a medirlos con precisión. Ese es el tremendo poder de este telescopio”, añade.
Se cree que la fusión de galaxias hizo posible que este evento improbable ocurriera, alimentando la actividad del agujero negro dentro de esta galaxia, siendo el causante directo de una mayor formación de estrellas en este sector. Aunque la incógnita para los científicos sigue siendo como es posible que la formación de este agujero negro haya ocurrido tan rápido.
Así mismo se encontraron en otras 2 galaxias cercanas, agujeros negros de una densidad similar al de CEERS 1019, que son consideradas como «pesos ligeros» tomando en cuenta la inmensidad de tamaño de los agujeros negros que existen en galaxias con mayor edad.
En CEERS 2782, se localizó un agujero de las mismas dimensiones, esta galaxia se formó 1100 millones de años después a la explosión del Big Bang. Mientras que en la galaxia CEERS 746, se encontró un agujero cuya edad es de entre 10 millones de años después de el gran origen.
Los científicos también reportaron el descubrimiento de 11 galaxias con una edad de entre 470 y 675 millones de años, donde se están formando estrellas de manera muy rápida, aunque aún no tienen la misma riqueza química que las de nuestra galaxia.
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