Durante la tarde de este viernes 16 de junio, el pueblo francés vivió instantes de terror cuando un fuerte sismo sacudió por completo al país, provocando pánico y desconcierto entre sus habitantes, pensando que se trataba de todo menos de un sismo. El sismo tuvo una intensidad de entre 5.3º y 5.8º en base a la escala de Richter.
Aunque este es el sismo más fuerte que se ha reportado en Francia desde inicios de la década del 2000, afortunadamente no hubo pérdidas civiles ni materiales, concluyendo el fenómeno sísmico con un saldo blanco.
El sismo tuvo una profundidad de 10 km, cercano a la localidad de Niort, en el este del país, dijo el EMSC. No hubo información inmediata sobre víctimas o daños por el sismo. La alcaldía del poblado donde se detectó el sismo pidió a la población en su cuenta de Twitter que «no bloquee las líneas telefónicas de los servicios de emergencia» y que las autoridades calificaron el movimiento telúrico como «nivel sísmico 3».
Entre los diversos testimonios de la ciudadanía francesa, relatan cómo se encontraban en sus labores del hogar e inesperadamente las paredes y espejos comenzaron a sacudirse, algunos pequeños fueron cayendo al piso y en los últimos instantes del sismo fue donde se sintió con mayor fuerza, derribando algunos búros o muebles pesados, pero sin dañar la vida o provocar mayor desastre en sus habitantes.
Los efectos del sismo se sintieron mayormente en las ciudades de Rennes, Burdeos y Limoges. Aunque Francia no es un país sísmico, debido a los cambios tectónicos de la tierra y factores ambientales se ha aumentado la probabilidad de que ocurran más fenómenos similares a estos en los próximos años.
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