Los amigos y socios, Sara Rocha Medina y Óscar Bautista Villegas, también conocido como El Cochiloco, son los nuevos dueños del PRI en San Luis Potosí. Conducirán al partido en ruinas al proceso electoral del 2024 en el que se renovará la Presidencia de la República, el Senado, la Cámara de Diputados, el Congreso del Estado y los 58 ayuntamientos potosinos.
El par de políticos concluirá el periodo que corresponde a Elías Pesina y Yolanda Cepeda que, cabe decirlo, la semana pasada desalojaron sus oficinas y se despidieron del poco personal que aún labora en el instituto político.
Sara Rocha trae todo el poder y la bendición de su amigo, el dirigente nacional del partido, Alejandro Moreno Cárdenas, Alito, lo que le permitirá arrancar su proyecto para convertirse en candidata al Senado de la República.
Todo indica que la abogada, exalcaldesa de Catorce y exdiputada federal logró conciliar intereses con el alcalde capitalino Enrique Galindo Ceballos, hasta hoy considerado el dueño del PRI en territorio potosino.
Se estima que, antes de que concluya este mes, Rocha y Bautista sean investidos como los nuevos dirigentes del Revolucionario Institucional y, según se rumorea entre los propios priístas, la aún secretaria del partido, la diputada Yolanda Josefina Cepeda Echavarría, estaría valorando la posibilidad de renunciar a su militancia y cobijarse con el manto del Partido Verde, en tanto que Elías Pesina permanecerá como regidor en el Cabildo Capitalino, pero estará bajo diversas auditorías y una rigurosa investigación financiera, toda vez que existen pruebas de que creó empresas fantasmas con sus abogados para saqueas las, de por sí, desnutridas, arcas del tricolor.
Distintas versiones aseguran que algunas militantes, como Martha Orta, Yolanda Castillo y Margarita Hernández Fiscal han mostrado su inconformidad con el arribo de Sara Rocha, pero, según refieren, ellas mismas son la causa de la debacle del PRI, durante y después del gobierno de Juan Manuel Carreras.
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