Rosario Marin, valiente mujer que emigró a los 14 años a los Estados Unidos al lado de su familia, sin dinero, sin hablar el inglés y que a la postre se convirtió en Tesorera de ese país en el gobierno de George Bush, visitó San Luis Potosí para impartir una conferencia con motivo del día internacional de la mujer.
A invitación del Alcalde Enrique Galindo Ceballos y su esposa, la presidenta del DIF Municipal, Estela Arriaga, Marín se manifestó profundamente comprometida con el empoderamiento de las mujeres en todos los sectores.
Rosario Marín habló con el corazón en la mano, narro tristes momentos cuando su familia no tenía para comer, cuando no la dejaban estudiar por ser mujer e incluso, cuando sufrió abuso por parte de un familiar, por eso, sostuvo, “no importa lo que te hayan hecho o sufrido, no te venzas, ante Dios estas intacta”, dijo.
En su conferencia ante un auditorio que resultó insuficiente para su plática, quedó claro que, hay dos palabras que definen a Rosario Marín, fe y disciplina.
Y es que, sólo así puede entenderse cómo una niña inmigrante mexicana llegó a convertirse en la tesorera número 41 de la primera potencia mundial.
Rosario narró que cuando llegó a los Estados Unidos tuvo que trabajar al mismo tiempo que estudiaba. Acudió a la universidad por las noches, mientras que durante el día realizaba diversas labores que iban desde ser recepcionista hasta trabajadora en la manufactura. Esta doble responsabilidad hizo que a Rosario le llevara siete años graduarse como administradora de Negocios en la Universidad Estatal de California en Los Ángeles. Pero nunca dejo de luchar.
Con su título universitario bajo el brazo, consiguió trabajo en la banca. Sin embargo, en 1985, el nacimiento de su hijo Erick, con síndrome de Down, dio un vuelco a su vida. Se convirtió entonces en defensora de las familias que tienen hijos con este padecimiento. En 1987, Rosario creó el grupo Fuerza.
El compromiso de Rosario hacia los minusválidos le hizo ganar varios reconocimientos, entre ellos el premio Rose Fitzgerald Kennedy, que recibió en 1995 de parte de la Organización de las Naciones Unidas.
Uno de los proyectos que más promovió como tesorera fue el de crear conciencia entre los inmigrantes hispanos para que abrieran cuentas bancarias que les facilitaran enviar remesas a sus países de origen a un menor costo de lo que cobran los lugares tradicionales de envío.
Rosario, madre de gran fortaleza, además de su hijo Erick con síndrome de Down, tuvo una segunda hija que nació sin vida, debido a que padecía el síndrome de Turner. “Si alguien me hubiera dicho que el día en que mi hijo Erick pudiera votar, votaría porque su madre fuera candidata al senado de Estados Unidos, no lo hubiera creído, pero así sucedió.
“Por eso, no importa en dónde estemos o qué seamos, lo que importa es descubrir la misión para la cual estamos llamados y cumplirla con fe y responsabilidad. No hay mayor satisfacción que experimentar la felicidad que otorga cumplir con la voluntad de Dios en esta tierra”, dijo a las mujeres que acudieron a escucharla.
“Yo quiero que estén convencidas, que se porras, que confíen en ustedes. A veces pareciera que estamos enfrente de un precipicio, no importa, arrójense, porque estoy segura que caerán de pie y sino es así, dios les dará alas para salir avante y llegar a lugares que jamás hubieran imaginado”, concluyó.
