
El juramento de fidelidad es el compromiso estable de ejercer un oficio en la Iglesia con fidelidad a la Sede Apostólica y al depósito de la fe, cumpliendo los deberes inherentes al oficio y las prescripciones de los pastores. Se pronuncia según una fórmula aprobada por la Santa Sede.
«Se trata de un requisito indispensable en el que los candidatos a la ordenación rubrican con su firma el deseo libre de vivir en obediencia a Dios y a la Iglesia, como Cristo vivió en relación a Dios Padre, conforme a la fe apostólica recibida en la Escritura y la Tradición», explicó El Obispo de Valles Roberto Yenny García.
En una ceremonia junto al Obispo y delante de Jesús Sacramentado, los candidatos al diaconado y presbiterado han sellado su sí definitivo por amor al Reino.