¿Asumes que tu éxito se debe a un golpe de suerte?, ¿saboteas decisiones, momentos e incluso relaciones por qué crees no ser suficiente? A esto se le conoce como el síndrome del impostor y siete de cada diez personas lo han sufrido alguna vez en su vida.
El fenómeno del impostor es un cuadro psicológico en el que las personas son incapaces de aceptar e interiorizar sus logros y sufre un miedo irracional constante por ser descubierto como un fraude, este síndrome puede provenir de algunas causas como una percepción alterada del éxito y el fracaso o por dinámicas poco favorables en la familia, como por ejemplo el que te reconocieran como “la oveja negra de la familia”.
Evaristo Fernández, profesor de psicología en UNED España, asegura que el síndrome del impostor está muy ligado al pesimismo defensivo, estos tienen dos cosas en común: la existencia de dudas acerca de la propia habilidad, el miedo al fracaso y el mantenimiento de unas bajas expectativas de resultado, todo esto a pesar de una importante historia de éxitos.
Las personas que padecen el fenómeno del impostor no se creen merecedores de los éxitos que obtienen y les preocupa que los demás puedan descubrir en cualquier momento que no son tan inteligentes como parecen.
Este síndrome puede afectar diversas partes de tu vida, pero sin duda afecta en el área laboral, ya que no corren riesgos, no se atreven a pedir un ascenso porque tienen miedo de no estar a la altura, quedándose en una zona de confort qué, pasando los años se transforma en una insatisfacción.
La doctora Valerie Young, experta en el tema, categorizó los comportamientos relacionados con este síndrome en cinco grupos de personas:
- Los perfeccionistas: el éxito para estas personas no suele ser satisfactorio ya que, al tener metas tan altas, siempre piensan que pudieron haberlo hecho mejor.
- Los expertos: son personas que no se sentirán conformes ni exitosas hasta que tenga la sensación de entender todo a la perfección
- Los individualistas: son aquellos que no se permiten recibir ayuda de nadie, ya que esto podría “evidenciarlos”
- Los superhéroes: realizan esfuerzos sobre humanos en sus trabajos para demostrar y adquirir validación poniendo en riesgo su salud e integridad.
- Los genios naturales: se juzgan a sí mismos, se estresan y se agobian si no hacen las cosas con fluidez y rapidez a la primera.
Una persona que padece el síndrome del impostor jamás dirá abiertamente que se siente un fraude, pero al leer este tipo de situaciones y características siempre dicen: “así me siento yo”. Si tú te sientes identificado con esto es importante que comiences a trabajar sobre las normas que te exiges a ti mismo y cambies los guiones internos cada vez que te enfrentes a una situación de estrés.
También no olvides que comenzar un proceso terapéutico te brinda las herramientas ajustadas a tu persona y situación, no tienes porqué atravesar procesos complicados tu solo, busca asesoría de un profesional en psicología.
Estefanía López Paulín
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