Llega la Navidad y la época de fiestas y con ellas una lluvia de publicidad y propaganda de la felicidad, pareciera que en esta época del año tenemos que ser felices pase lo que pase y dejarnos llevar por el espíritu navideños. Es una época en la que nos llegan felicitaciones y comenzamos a buscar regalos para nuestros seres queridos, es un momento socialmente establecido para los reencuentros y para compartir, pero ¿qué pasa cuando no nos encontramos en nuestro mejor momento? ¿Cómo podemos manejar la situación y aprender a disfrutar desde la gestión de las emociones?
Recordemos que todas y cada una de nuestras emociones son automáticas, válidas y no podemos desconectarnos de ellas, generalmente solemos clasificarlas en positivas o negativas, según como estas contribuyan a nuestro bienestar o malestar, sin embargo, ninguna emoción es buena o mala por sí misma, todas son necesarias y están ahí para decirnos algo, el problema en estas épocas empieza cuando no estamos sintiendo lo que otros esperaría que sintiéramos, en vez de vivencias positivas, hay personas que pueden sentir momentos de tristeza, nostalgia, estrés, dolor e incluso frustración por la presión social de sentirnos bien, lo que resulta indiscutible es que en esta época del año es en donde las emociones las experimentamos de forma más intensa y no siempre de la forma en que se esperan.
Cada persona tiende a experimentar diferentes emociones según los acontecimientos y vivencias que hayan ocurrido en su vida, las emociones como la tristeza y la nostalgia pueden aparecer en navidad cuando hemos perdido a alguien y tomamos conciencia de que esta persona no va a estar en reuniones familiares.
Cuando somos niños suelen predominar emociones positivas como la ilusión y el amor en navidad, pero mediante nos hacemos adultos, nos guste o no esta época, podemos llegar a sentir estrés y ansiedad debido a las responsabilidades del cierre de año, de igual manera si te sientes obligado a celebrar estas fechas por la presión social de tu entorno y no porque realmente te nazca puedes llegar a experimentar emociones como la frustración o la culpa.
Como sabemos, son muchos los puntos de vista desde los que podemos vivir estas fechas, pero lo más importante es que todas son válidas y respetables, no debemos censurar ninguna emoción ni obligarnos a expresar solo las positivas, como siempre lo digo, es importante darnos un momento para identificar qué es lo que estamos sintiendo y por qué. No debemos presionarnos para sentirnos felices en navidad, sino aceptar nuestro estado de ánimo y procurar adaptarnos a la situación, siendo sinceros con lo que sentimos, de esta manera, aunque sigamos experimentando emociones no tan agradables, nos estaremos dando la oportunidad de sentirnos bien con ellas aceptando su presencia y tratando de afrontar cada situación del día a día.
Si a pesar de aceptar y compartir todo tipo de emociones y tratar de vivir el día a día con normalidad te sientes desbordado y abrumado por la desesperanza, las emociones negativas o crees que necesitas más estrategias para afrontarlo, un profesional de la psicología puede ser de gran ayuda, no tienes por qué afrontarlo en soledad.
Estefanía López Paulín
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