En columnas anteriores hemos hablado acerca de los hábitos que pueden ayudarte a tener un bienestar emocional y físico, como hacer ejercicio, comer equilibradamente, tener tus espacios de tiempo para tu trabajo, tus hobbies y tus relaciones sociales. Ya lo dice la OMS: “la salud mental es parte integral de la salud, sin ella no hay bienestar”, sin embargo, debemos de ser conscientes de que la higiene mental depende de otras cosas, además de trabajar en mantener hábitos saludables.
Uno de los cambios que trajo consigo la pandemia fue el tirar abajo todas aquellas berreras que aún se tenían en la aceptación de la necesidad de la terapia psicológica como parte del cuidado de la salud, después de más de dos años hoy podemos hablar más abiertamente sobre temas como la ansiedad, la depresión y el estrés, y con esto el surgimiento del interés en las personas por cuidar de su salud emocional.
La higiene mental es una práctica médica iniciada por el psiquiatra estadounidense Clifford Whittingham Beers, él la define como el conjunto de hábitos que permiten a una persona gozar de salud mental y estar en armonía con su entorno sociocultural, el objetivo de este conjunto de conductas es evitar comportamientos negativos, aportar estabilidad emocional, fomentar el autoconocimiento e incrementar el bienestar emocional.
Una buena salud mental nos capacita para aprender, razonar, relacionarnos, producir, lidiar con las dificultades, ofrecer nuestra mejor versión, básicamente, quien posee una buena salud mental es capaz de sobrevivir con una calidad de vida mejor.
Pero ¿qué debemos de hacer para tener una buena higiene mental? Médicos, psicólogos y psiquiatras coinciden en la necesidad de adoptar una seri de hábitos para el autocuidado emocional como:
- Cubrir tus necesidades básicas, lo primero que debemos de hacer para sentirnos bien es tratar de manera amable y amorosa a nuestro cuerpo, aliméntanos saludable y equilibradamente, dormir las horas necesarias y procurar tener un buen descanso.
- Aprende a gestionar tus emociones y cultiva el autocontrol, muchas veces creemos que evadir nuestras emociones es una buena manera de lidiar con ellos, pero no es así, la clave para no guardar emociones negativas es identificarlas, interpretarlas y modular su intensidad, recuerda que solo tu eres dueño de lo que sientes.
- Cuida tus expectativas y establece metas objetivas, mantener la motivación y ser perseverantes es fundamental para superarnos a nosotros mismos, pero es importante que tengamos metas reales y a corto plazo para no desanimarnos.
- Piensa en positivo y vigila las emociones negativas, la incertidumbre y los temores son algo inevitable, pero siempre podemos contrarrestarlos y limitar su alcance con pensamientos positivos.
- Aprende a relajarte y crea resiliencia, el estrés es una reacción natural del organismo, este nos es útil en situaciones difíciles, sin embargo, resulta muy dañino para la salud cuando se normaliza estar siempre estresado, es por eso que debemos de aprender a liberar esa tensión y que no se siga acumulando en ti.
- Crea vínculos cercanos que te brinden seguridad y apoyo, somos seres sociales por naturaleza, necesitamos relacionarnos con otras personas y sentirnos propios a un grupo.
- Cuida tu autoestima y aprende a confiar, para gozar de una buena higiene mental es importante que nos aceptemos tal y como somos, además de tener fe en nosotros mismos y aprender a confiar en los demás.
La higiene mental empieza por uno mismo, todos deberíamos de preocuparnos por reconocer nuestras emociones y aprender a lidiar con ellas de manera saludable, todos deberíamos de implementar en nuestra vida aquellos hábitos que nos acercan a un bienestar integral, un equilibrio entre la salud emocional y física, y sobre todo reconocer que la higiene mental es trabajo de todos los días, y que algunos días podremos hacerlo más fácil que otros, pero que lo importante es seguir trabajando en ello.
Estefanía López Paulín
Contacto: psc.estefaniapaulin_uaslp@hotmail.com
Número: 4881154435
