Hace 492 ocurrió un milagro en la Ciudad de México, un sábado de 1531 un indio llamado Juan Diego caminaba de madrugada por el cerro llamado Tepeyac, ahí escucho a una voz que lo llamaba por su nombre; lleno de curiosidad él decidió escalar para descubrir que provocaba el sonido. Cuando Diego llegó a la cima, vio una señora de gran belleza, cuyo vestido era brillante como el sol.
Aquella mujer al mirara a Juan Diego, con dulces palabras le dijo lo siguiente: «Juanito: el más pequeño de mis hijos, yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios, por quien se vive. Deseo vivamente que se me construya aquí un templo, para en el mostrar y prodigar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa a todos los moradores de esta tierra y a todos los que me invoquen y en Mí confíen. Ve donde el Señor Obispo y dile que deseo un templo en este llano. Anda y pon en ello todo tu esfuerzo».
De regreso a su pueblo, Diego de encontró de nuevo con la Virgen, quien le pidió que acudiera con el obispo del lugar para expresarle las palabras que le dijo. Al platicar lo sucedido con el sacerdote, este le pidió una prueba para comprobar que aquella mujer era la Virgen María.
El día que Juan Diego tenía que volver a encontrarse con María, su tío enfermo por lo que decidió no subir al cerro para ayudar a su familiar. Cuando el pariente de Juan comenzó a enfermar más, decidió ir por un padre para que lo ayudara. En el camino se le apareció la virgen y le señaló que no se preocupara por su tío, que él no moriría y que ya estaba sano. Luego de las palabras de María, Diego le comento que el obispo pidió una prueba para comprobar que era la Virgen María.
María le dijo que subiera a la cumbre del cerro donde halló rosas de Castilla frescas y poniéndose la tilma, cortó cuantas pudo y se las llevó al obispo.
Una vez ante Monseñor Zumarraga Juan Diego desplegó su manta, cayeron al suelo las rosas y en la tilma estaba pintada con lo que hoy se conoce como la imagen de la Virgen de Guadalupe. Viendo esto, el obispo llevó la imagen santa a la Iglesia Mayor y edificó una ermita en el lugar que había señalado el indio.