Las plataformas digitales, ya sean de reparto o de movilidad, son un medio que genera mayor riqueza para sus empleados y sus familias. En promedio, según el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), las personas que se conectan entre 40 y 60 horas a la semana ganan más de 3 salarios mínimos diarios.
Sin embargo, el principal problema que perciben las personas que tienen un empleo por esta vía es la falta de acceso a seguridad social, ya que, indican, su trabajo es más arriesgado y no cuentan con herramientas para protegerse en caso de sufrir accidentes, algo a lo que están expuestos día con día.
Durante el Foro sobre Plataformas Digitales y Seguridad Social del futuro, organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM y Didi, Uber, Rappi y Beat, se plantearon diversas propuestas para que conductores o repartidores cuenten con seguridad social; hay quienes piden todos los derechos de un trabajador formal y quienes proponen que sean afiliaciones voluntarias de acuerdo con los niveles de ingreso de las personas.
Mónica González, directora del IIJ, planteó que si bien, estos mecanismos de trabajo significa la oportunidad de muchas personas para generar una buena fuente de ingresos, también representa un reto en materia de protección social debido a las peculiares características que tiene esta forma de trabajar.
“La realidad va a más a prisa que la posibilidad que tienen los órganos competentes de establecer marcos jurídicos adecuados para regular estas realidades emergentes. Sin duda, las plataformas, y que vino para quedarse e irrumpió hace muchos años, en el tiempo de la pandemia se vio recrudecida y salieron a la luz estas problemáticas que ya estaban asociadas a esta nueva forma de trabajar que no estaba contemplada de manera explícita en nuestra regulación”, dijo.