El segundo sábado del mes de octubre se celebra el Día Mundial de los Cuidados Paliativos, estas acciones de salud son un enfoque para mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familias que enfrentan los problemas asociados con enfermedades potencialmente mortales. Incluye la prevención y el alivio del sufrimiento mediante la identificación temprana, evaluación y tratamiento del dolor y otros problemas físicos, psicosociales y espirituales.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que 40 millones de personas en el mundo necesitan cuidados paliativos cada año. En el Estado de San Luis Potosí durante el 2022, se han otorgado 740 consultas que se dieron en el servicio de oncología del Hospital Central «Ignacio Morones Prieto» a pacientes con cáncer, de los cuales 294 son hombres y 446 son mujeres.
La terapia de cuidados paliativos, comprende un amplio conjunto de tratamientos, que van desde el suministro de fármacos para aliviar el dolor físico del paciente, hasta tratamiento psicológico para pacientes y sus familias, trabajo social y un conjunto de actividades que le permita disfrutar de la mejor manera sus últimos momentos en este mundo, dadas las circunstancias.
Otra meta que tienen los especialistas es la de ayudar a las familias a prepararse para lo inevitable y poder sobrellevar de mejor manera la pérdida. Para ello, incluyen a todo el grupo familiar a terapias psicológicas y de trabajo social, aportando apoyo para cualquier proceso emocional que guarde relación con el paciente.
Por lo que los cuidados paliativos, proporcionan alivio del dolor y otros síntomas, afirman la vida y consideran la muerte como un proceso normal, no intentan ni acelerar ni retrasan la muerte. Integran los aspectos espirituales y psicológicos del cuidado del paciente, ofrecen un sistema de soporte para ayudar a los pacientes a vivir tan activamente como sea posible hasta la muerte. Utilizan una aproximación de equipo para responder a las necesidades de los pacientes y sus familias, incluyendo soporte emocional en el duelo, cuando esté indicado, mejoran la calidad de vida y pueden también influir positivamente en el curso de la enfermedad.
Son aplicables de forma precoz en el curso de la enfermedad en conjunción con otros tratamientos que pueden prolongar la vida, tales como quimioterapia o radioterapia, e incluyen aquellas investigaciones necesarias para comprender mejor y manejar situaciones clínicas complejas. Todo ello requiere la participación de un equipo multidisciplinario integrado por personal médico, de enfermería, de psicología y del trabajo social del Hospital Central “Ignacio Morones Prieto”.