A pesar de los esfuerzos que el Gobierno Municipal de San Luis Potosí realiza para rescatar zonas de la capital que parece están quedando en el olvido, la avenida Venustiano Carranza cada vez llama más la atención, no por su modernización y plusvalía, sino porque poco a poco se está convirtiendo en una arteria vial desolada, con negocios que han bajado sus cortinas y con inmuebles descuidados y abandonados.
No cabe duda de que la pandemia afectó considerablemente a la también conocida como la gran avenida de la capital potosina; muchos empresarios tuvieron que cerrar sus negocios por la falta de clientela y la poca afluencia de personas en las banquetas de todo el corredor público, y por si fuera poco, el mal diseño de la ciclovía que instaló la administración pasada, ahuyentó a más personas al no haber lugares para estacionarse, ya que dicho proyecto quitó una gran parte de estos espacios desde Uresti hasta el Jardín de Tequis.
En lo que respecta a los inmuebles, la casona que fungía como sede de la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental en el sexenio de Carreras ahora es conocida por albergar a malvivientes, ser repositorio de toda clase de basura y convertirse en el infame escenario de un lamentable suicidio. Así como esta vivienda, muchas otras están a punto de correr con la misma suerte, ya que nadie se atreve a abrir un nuevo negocio en estas construcciones, ni mucho menos rentarlas para habitarlas, tanto por los costos elevados de las mensualidades como por lo sola que está la avenida en las tardes-noches.
La ciudadanía espera que pronto exista un magno proyecto que dé esa viveza que alguna vez mostró la avenida Venustiano Carranza, cuya larga extensión no puede dejar de representar un marco idóneo para albergar a los mejores restaurantes, centros nocturnos o tiendas de distintos artículos que ofrezcan calidad y variedad.