Su nombre es Eduardo y, aunque no se conoce su rostro, hay mucha gente que espera su localización para que sea presentado ante las autoridades de justicia y pague por los horribles crímenes que cometió en contra de cuatro niños a los que maltrató en incontables ocasiones; a dos de ellos, producto de las brutales golpizas que les propinó, les arrebató la vida y no conforme con ello, los enterró en el piso de una habitación dentro de su propia casa.
No se sabe con precisión cómo comenzaron los hechos, pero la horrible historia se dio a conocer luego de que los propios vecinos de la colonia Campiña, en la delegación de Villa de Pozos, reportaran a las autoridades un fétido olor que surgía de una casa en particular. Ahí vivía Angelina, una mujer de apenas 28 años, y sus cuatro hijos, así como su pareja sentimental; Eduardo, de 46 años.
Eran una familia inusual. Constantemente se escuchaban peleas y maltratos, pero nadie se atrevía a prestar mayor atención por el carácter tan explosivo de Eduardo. En varias ocasiones se llegó a ver a los niños y a la mujer con moretones y lesiones de todo tipo, sin embargo y a pesar de la evidente violencia, la mujer permanecía con su agresor.
Se supo que, a finales de agosto, Angelina acudió a la Fiscalía General del Estado para reportar la supuesta desaparición de Eduardo, pues, según refirió, hacía varios días que no se paraba por la casa y temía que algo malo le hubiera sucedido. Las autoridades tomaron conocimiento de los hechos e iniciaron la investigación.
Lo peor ocurrió durante las primeras horas del sábado 3 de septiembre, finalmente, autoridades municipales atendieron el llamado de los vecinos porque el olor que, durante meses había viciado la atmósfera, se hizo más intenso. Agentes policiales arribaron al domicilio de Angelina y, como pudieron, ingresaron. Cuál fue la sorpresa que se llevaron al encontrar en una de la habitaciones varias bolsas de plástico negro, bultos de cal herramienta para excavar. Entre las bolsas, mal envueltos y semienterrados yacían los cuerpos de dos pequeñitos, un niño y una niña. De inmediato se supo que se trataba de los hijos de Angelina.
¡Enterró a sus dos hijos en su propia casa, su pareja los mató!
Sin perder tiempo, la mujer fue asegurada y fue ella misma quien reveló que, en enero de este año, Eduardo había matado a golpes al niño de 11 años, posteriormente, en mayo, el energúmeno arremetió contra una niña de cinco años a la que también masacró hasta quitarle la vida. Ninguno de los asesinatos fue reportado, los cuerpos comenzaron a pudrirse en el propio domicilio, de ahí el fétido olor que alertó a los vecinos.
Tras el hallazgo, trascendió también que una bebita de escasos años de vida se encontraba internada en un hospital, presuntamente con heridas desprendidas de una agresión sexual, mientras que otro niño de nueve años tuvo que ser resguardado por las autoridades competentes.
Angelina quedó presa y aceptó la culpabilidad por los hechos, pero también reconoció tener fuertes sentimientos por Eduardo, el hombre que le quitó al vida a dos de sus cuatro hijos y que, además, durante mucho tiempo, quién sabe cuánto, la maltrató hasta el cansancio.
El psicópata de Pozos, como lo han comenzado a llamar, se encuentra desaparecido, nadie sabe dónde está. Algunas versiones sostienen que, sabiendo en lo que se había metido, decidió escapar de casa y dejar con todo el problema a Angelina para evitar ser llevado ante la justicia. Las autoridades aseguran que las investigaciones avanzan.
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