A fin de disminuir y/o evitar los posibles riesgos a la salud de la población usuaria de medicamentos, vacunas o dispositivos médicos, la Comisión Estatal de Protección Contra Riesgos Sanitarios (COEPRIS), cuenta con el Centro Estatal de Farmacovigilancia, cuyo objetivo es monitorear la calidad, seguridad y eficacia de medicamentos que se comercializan a través de la capacitación a los profesionales de la salud, así como la notificación de reacciones adversas de los medicamentos.
En lo que va del presente año, el Centro Estatal de Farmacovigilancia ha enviado a través del Sistema VigiFlow al Centro Nacional de Farmacovigilancia un total de 585 reacciones adversas de medicamentos siendo los anestésicos y los antibióticos los medicamentos más reportados, entre las reacciones más comunes que se presentaron durante el mismo periodo se encuentran: erupción en la piel, comezón, náuseas, vómitos e hipotensión.
Por lo que respecta a capacitación, se han realizado dos cursos en los que han participado 87 profesionales de la salud como médicos, enfermeras, químicos tanto de hospitales públicos como privados, así como a personal de las farmacias y estudiantes de la Facultad de Ciencias Químicas.
Aunado a lo anterior, se han otorgado mil 589 asesorías respecto a Farmacovigilancia y reporte de reacciones adversas a personal de salud y personal dispensador de medicamentos de farmacia al momento en que se realizan las visitas de control sanitario a establecimientos como: farmacias, consultorios médicos, clínicas y hospitales.
La Farmacovigilancia es la ciencia que se encarga de recopilar, vigilar, investigar y evaluar la información sobre los efectos de los medicamentos, productos biológicos que incluye a las vacunas, plantas medicinales, medicina tradicional y medicina complementaria con el objetivo de identificar información nueva o nuevas reacciones adversas de los medicamentos.
El Centro Estatal de Farmacovigilancia comenzó a operar en marzo de 1999, desde entonces y a la fecha, se ha mantenido la preocupación por fomentar el reporte de sospechas de reacciones adversas de los medicamentos y eventos atribuibles a la vacunación, teniendo como principales objetivos: consolidar la cultura de la notificación, capacitar a todos los profesionales de la salud para que la información que generen tenga la calidad suficiente para así obtener resultados confiables y servir como guía y referencia para otros estados en el desarrollo operativo del Programa Permanente de Farmacovigilancia.