Fraccionamientos residenciales ubicados al poniente de la capital potosina, en la zona dorada de la ciudad, se han convertido en el lugar predilecto de mirreyes para organizar toda clase de fiestas clandestinas y afters que, de acuerdo con versiones de vecinos, no sólo perturban la paz del vecindario, sino que también perturban la paz y la tranquilidad de los lugareños que, pese a las molestias e inconformidades, no pueden hacer nada porque, cuando llaman a las autoridades, resulta que los jóvenes fiesteros son hijos de algún personaje influyente de la política potosina.
Vecinos del fraccionamiento Sierra Azul denunciaron públicamente las molestias que existen entre los residentes por la costumbre que ha tomado un grupo de mirreyes de organizar cada fin de semana fiestas multitudinarias que, por mucho, superan una reunión de amigos, pues, según refieren, se juntan decenas de personas, entre ellas menores de edad, que consumen toda clase de bebidas embriagantes. Refieren que, en varias ocasiones, estos raves terminan en discusiones y pleitos entre los asistentes, situación que ha llegado a convertirse en una preocupación de seguridad para los habitantes.
Detallan que, a pesar de que se paga una cuota muy elevada por la vigilancia del fraccionamiento, los agentes de seguridad privada no pueden hacer otra cosa más que acudir al domicilio donde se organiza la fiesta y pedirle a los jóvenes que se controles ya que cualquier otra acción se escaparía de sus funciones. Por desgracia, explican, tampoco pueden ingresar las autoridades de seguridad pública, ni del Municipio ni del Estado, ya que se considera propiedad privada por lo que, ahora, solicitan a las autoridades competentes modificar los reglamentos correspondientes para evitar que este tipo se situaciones se sigan presentando ya que, más allá de la molestia que generan, se han convertido en un riesgo para los habitantes de los fraccionamientos ya que este no es el único donde se presentan este tipo de fiestas clandestinas.
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