La mayoría de escenas de Jurassic World: Dominion, son un homenaje a la primera película del aclamado director, Steven Spielberg. Estas escenas se pueden observar, sobre todo, en los primeros momentos del largometraje. Sin embargo, no están del todo logradas.
La película nos plantea la historia donde los dinosaurios ya son parte del ecosistema. A nadie le sorprende o asusta que un animal extinguido hace millones de años, este deambulando por las calles de su ciudad.
Lo cual, tiene sentido por como las películas se fueron desarrollando, pero pierde totalmente la esencia. Ver a los dinosaurios en la pantalla grande, tenia su esencia por plantear la idea de que estos gigantes habitaran la tierra hoy en día. Esa sorpresa, queda totalmente perdida en esta película.
La acción transcurre unos años después de la liberación masiva de dinosaurios de «El reino caído» (2018), donde los villanos ya no son los dinosaurios, sino aquellos hombres que buscan lucrar con estos animales y general poder.
Así ocurre ahora con el dueño de una poderosa empresa de biotecnología llamada Biosyn, que modifica el ADN de unas langostas jurásicas. Mientras tanto, la nieta del fundador del Parque Jurásico original es secuestrada debido a un motivo que no conviene explicar aquí.
El grupo, junto a Ian Malcolm (Jeff Goldblum), vuela hasta Italia, donde Biosyn tiene, además de su base de operaciones, una reserva natural para los dinosaurios. No pasará mucho tiempo para que las cosas se salgan de control, iniciando así una lucha cuya meta no es otra que la supervivencia.
El secuestro hace que Owen (Chris Pratt) y Claire (Bryce Dallas Howard), vuelen de igual manera hasta Italia, al mismo tiempo que Ellie (Laura Dern), ya enterada de la situación de las langostas, se reencuentra con Alan (Sam Neill) para averiguar más acerca del caso.
La reaparición de los actores de la primera película sucede muy rápida, parece por momentos que no se tomaron el tiempo para plantear bien la situación. Solo buscaban que dichos actores hicieran acto de presencia.
Pero aún con todo y esto, Jurassic World: Dominion, nos regala unas escenas extraordinarias. Al querer juntar el pasado con el presente. Esta película busca recrear las escenas mas icónicas de la saga de Spielberg y lo hace de una gran manera. Creando momentos que, no solo cumplen con el cometido de generar nostalgia en el espectador, si no, que hace que la película se empiece a encaminar a un rumbo parecido al de las otras dos de esta saga, lo cual, al principio de esta, parece totalmente perdido.
Sin embargo, esa relación que esperan crear entre animal y humano, queriendo dejar en claro la adaptación que han tenido estas dos especies cohabitando entre si, termina convirtiéndose en algo burdo. El dinosaurio pierde todo su poder y termina por convertirse en otro animal domesticado. ¿Dinosaurios domesticados? Mala idea.
Jurassic World: Dominion es una película, visualmente atractiva, pero sin contar una gran historia. Aún con todo y eso, las más de dos horas de duración no se hacen pesadas o lentas. Al final de cuentas, logra su cometido, culminar una saga llena de nostalgia.
