Que una mascota llegue a tener garrapatas es muy común, sobre todo en temporadas de primavera y verano, ya que durante estás estaciones los parásitos aparecen con más cotidianidad. Es importante que si identificas que tu perro tiene a estos arácnidos, lo atiendas lo más pronto posible, ya que no solo le causarán molestas picaduras, sino que además puede trasmitirle cualquier tipo de enfermedades a tu lomito.
Las garrapatas son una especie de arácnidos, muchos las confunden con insectos, pero en realidad forman parte de la familia de las ácaros. Estos son hematófagas, es decir que se alimenta de sangre de su inquilino. Poseen apéndices especiales y les permite desgarrar la piel, mientras se alimentan también se aferran para no ser separados de su anfitrión. Todas al garrapatas pasan por cuatro fases de crecimiento: huevo, larvas, ninfas y etapa adulta.
El método tradicional para quitarle una garrapata a un perro implica el uso de una pequeña pinza (nunca lo intentes con las manos). Puedes utilizar una pinza para el pelo de las que tengas por casa o, más recomendable, una pinza para garrapatas específica. La ventaja de estas últimas es que suelen tener la punta planta, por lo que será más difícil que le hagas daño a tu perro sin querer o que mates a la garrapata antes de tiempo.
No esperes a ver garrapatas en tu mascota, prevén su tormento
