Qué caro le está saliendo al Gobierno del Estado mantener a supuestos voceros en cada una de las dependencias que forman parte de la institución, pues en los más de siete meses que lleva la presente administración, muchos de ellos siguen siendo figuras desconocidas, pero lo grave no es eso, lo realmente preocupante es el hecho de que no han sabido implementar una sola estrategia de comunicación para dar a conocer los logros que, a través de las diferentes Secretarías, está consiguiendo el gobernador Ricardo Gallardo.
Se sabe que cada dependencia tiene a un responsable de la Comunicación Social al que, por cierto, se le paga bastante bien para que desempeñe la complicada labor de informar las acciones, programas y actividades que realicen sus jefes directos, los secretarios, sin embargo, en los hechos, su trabajo ha dejado mucho que desear.
Por dar un ejemplo se puede citar al cuestionadísimo vocero de Seguridad Pública, Miguel Gallegos, quien sin tener la menor experiencia en procesos legales, derechos humanos, ni leyes, fue nombrado responsable del área. Tan mal quedó que se tuvo que contratar a otra persona para que fungiera como su vocero personal. Sí, el vocero tiene su vocero que, por cierto, lo único que hace es compartir escasos informes de detenciones y acciones mínimas que realiza la Policía Estatal. Gallegos ha destacado por el exceso de maquillaje que usa… para disfrazar las cifras reales de criminalidad en las Mesas de Seguridad, por desaparecer cuando más se le necesita para aclarar algún hecho delictivo y por revictimizar a la ciudadanía afectada por delitos, como sucedió con la mujer secuestrada en Los Álamos a la que, sin mayor evidencia, acusó de estar coludida con el crimen organizado.
En la Secretaría de Salud las cosas no son tan diferentes; Verónica Rodríguez ha sido omisa en incontables ocasiones en temas sumamente delicados como lo es la salud pública pues, incluso en momentos críticos de la pandemia, ha dejado de informar las medidas prioritarias para prevenir casos de covid. Ella, además, es una muestra de que la Maldita Herencia está infiltrada en el gobierno de Gallardo, pues basta con recordar que también fue vocera de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario y Recursos Hidráulicos en la administración de Juan Manuel Carreras, cuando Alejandro Cambeses Ballina era el titular de la dependencia. En noviembre pasado, incluso se burló de la gente, asegurando que, por culpa de los potosinos, las campañas de vacunación resultaban caóticas y desorganizadas.
Vocera de Salud se burla de potosinos, los culpa por caos en vacunación
A quien también le ha quedado grande la responsabilidad es a Paola Muñoz, vocera de la Secretaría de Cultura. Colectivos artísticos y artistas particulares han denunciado en reiteradas ocasiones la falta de difusión por parte de esta Dirección de Prensa, situación que ha generado serias molestias porque, encima, la mayoría de ellos colabora de manera gratuita. En este caso, destaca además el desconocimiento de las reglas básicas de gramática y ortografía, deficiencia que quedó exhibida cuando, justamente, difundieron un boletín mal hecho (de tantos) con el que se pretendía fomentar la lectura. Qué barbaridad.
No todos han sido malos, algunos son bastante rescatables. Otros, en cambio, están completamente hundidos como es el caso de la SEGAM, la SEDESORE, Turismo, la CEA y la SEDARH, dependencias en las que, por cierto, de acuerdo con distintas versiones, ocupan la silla de Comunicación Social varios familiares y amigos de altos funcionarios.
Muchos de estos funcionarios públicos están desaparecidos y no se les conoce trabajo alguno, sin embargo, donde no están desaparecidos es en la nómina, donde los voceros cobran sus quincenas de manera puntual a pesar de las enormes deficiencias que están dejando en perjuicio del gobernador Ricardo Gallardo y de San Luis Potosí.