Con apenas 11 años de edad, muchos sueños y una vida llena de ilusiones, Lupita ha tenido que enfrentar un calvario de retos y adversidades. Tras ser víctima de constantes agresiones sexuales por parte de su padrastro, la niña quedó embarazada, pero lejos de que las autoridades implementaran las acciones necesarias para protegerla y castigaran al responsable, ahora le han ordenado que conviva con una persona que fue parte crucial en las agresiones y que, pese a estar enterada de los hechos, prefirió callar.
En febrero de este mismo año y ya con cinco meses de embarazo, Lupita, apoyada por algunos familiares, presentó la denuncia correspondiente ante la Fiscalía Especializada en ataques sexuales, iniciando un largo y tortuoso proceso que la mantuvo alejada durante varias semanas de su familia y amigos, sin embargo, luego de largos pleitos legales, una persona de su entera confianza pudo rescatarla y quedarse con su custodia.
Pese a su embarazo, la niña decidió continuar con sus estudios y terminar el sexto grado de Primaria que cursa en la actualidad. Con excesivos cuidados y una estricta vigilancia médica, ha podido avanzar sin contratiempos la gestación porque, a pesar de todo, decidió no abortar y tener al bebé, sin embargo, cuando la paz estaba regresando a su vida, un funcionario de la Procuraduría de Protección a Niños, Niñas y Adolescentes (PPNNA) apareció de la nada para ordenarle que conviva con aquellas personas que le destrozaron la vida.
Según explica la persona que la está cuidando, en días pasados la contactó un hombre llamado Juan Carlos que se identificó como trabajador de la PPNNA, mismo que le notificó que, por orden superior, la próxima semana, la niña tendría que ser presentada en la sede de la dependencia para que sostuviera una convivencia con su madre, mujer que, lejos de protegerla, cuando se enteró de los hechos, optó por defender a su pareja sentimental, padrastro y agresor de Lupita.
Ante el agravio y en un intento por defender la integridad de la menor, solicitaron la intervención de las autoridades competentes para que se evite esta revictimización porque, además de que la niña no quiere verlos, se le está haciendo más daño al exponerla a las personas causantes de esta lamentable situación.
De igual manera, solicitaron a la Fiscalía General del Estado y a la Especializada en la Mujer y Delitos Sexuales que dé celeridad al proceso de investigación para detener y sancionar al responsable ya que, a la fecha, permanece impune.
En un mes, a sus 11 años, Lupita se convertirá en mamá, tendrá a su hijo, víctima colateral de un brutal ataque. Pese a todo, no quiere ver al pasado, quiere seguir adelante y luchar por sus sueños, lo único que quiere es justicia.