Un jugoso botín se embolsó la Secretaría de Cultura tras poner en renta más de cinco mil 500 sillas que, hábilmente, fueron colocadas de manera estratégica en la ruta de la Procesión del Silencio para que la gente pudiera disfrutar «con comodidad» del magno evento. Según refieren diversas versiones, a la fecha no se sabe nada del recurso que se obtuvo por este concepto que, en otro tiempo, administraba la asociación civil Tradiciones Potosinas con la finalidad de adquirir materiales, pagar honorarios y cubrir diversos gastos que se desprenden de esta organización.
A diferencia de las ediciones previas, en esta ocasión, Tradiciones Potosinas informó que no sería la encargada del boletaje sino que estos estarían a la venta en las taquillas del Teatro de la Paz y en el sistema Ticketmanía, ahí, según se supo, se ofertaron más de cinco mil quinientos espacios con la excusa de que, de esta manera, la gente podría disfrutar con mayor comodidad de un evento que, desde sus inicios, no tienen fines lucrativos.
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De acuerdo con diversas fuentes, la Secretaría de Cultura fue quien agandalló el recurso con la promesa de transparentarlo, administrarlo y aplicarlo en temas que fueran de beneficio para la misma Procesión del Silencio, sin embargo, ni antes, ni durante ni después del evento asumió gasto alguno. Sostienen que, cuando han solicitado información al respecto, se les responde que más adelante habrá un informe detallado, pero no dan fecha ni se sabe tampoco cuándo fue lo que se recabó.
La información que se dio a conocer sobre la renta de las sillas detalla que, a lo largo del recorrido, se habilitaron 10 zonas, en ellas se colocó cierta cantidad de sillas y se ofrecieron por todos los medios posibles para que la gente comprara los boletos y, de esta manera, se concretara el negocio que ha desatado una enorme ola de críticas y señalamientos en contra de la dependencia estatal.
Cabe mencionar que, previo a la celebración de la Procesión, algunas personas que en otro tiempo formaron parte activa del magno evento denunciaron públicamente las irregularidades que se generaron en esta ocasión y que convirtieron un acto solemne en el negocio de unos cuantos.
