El maltrato animal hoy es visto como una actividad de imperdonable y cruel, es por ello que cuando se difundió la historia del taxidermista Walter Potter, se le destruyó el corazón nomás de uno. Durante el siglo 19 este hombre se obsesionó con las crías de animales, todo con la finalidad de utilizarlos por una actividad un poco perturbador. El hombre empezó a certificar los bebés de sus animales domésticos, todo con la finalidad de después disecarlos y construir maquetas. Es construyó distintas maquetas donde pretendía exponer cómo se ven los animales, si estos realizar alguna de las actividades de los humanos.
El hombre produjo sus trabajos de una manera que hace que te olvides de que los animales están muertos, por ello es que sus trabajos se consideran tétricos y un tanto perturbadores. En aquellos años cuando los pobladores se dieron cuenta de lo que sea Walter Potter, decidieron empezar a proteger a los animales porque se les hacía muy cruel lo que les hacía. Se han guardado testimonios que señalan que el hombre se acercaba como una persona inocente, y tenía la osadía despedir que le vendía una gran cantidad de crías de conejo (según una cobertura de The Guardian).
En algunas ocasiones el hombre aseguraba que utilizaría los animales con fines científicos, de esta manera pues como puedo conseguir qué le dieran distintas crías de animales. Entre sus víctimas destacan gatitos, ratones, conejos, pichones y otros animales pequeños. Después de sacrificar a los inocentes animalitos, Walter Potter estrella los órganos, después de esto los rellenaba con algodón con la finalidad de que no se podría los cuerpos y así lucieran no hacen las maquetas. Las obras del hombre fueron expuestas en el Museo local de sussex, dónde permanecieron durante años comuna atractivo de la gran fantasía victoriana.