La riqueza natural que conserva la tierra mexicana nos regala variados y deliciosos alimentos y bebidas, las cuales se pueden disfrutar mientras se contempla un bonito paisaje de árboles, hierbas, campos de siembra o de magueyes.
De estas últimas plantas se extrae el aguamiel, una bebida dulce, refrescante y que puede acompañar a prácticamente cualquier comida mexicana, disfrutándose en un tarde cálida o como aperitivo para disfrutar de una buen platillo regional.
Aquí en San Luis Potosí, es muy característico de la comunidad de La Rinconada, lugar que se ubica a 15-20 minutos del centro de la capital potosina, la actividad de la extracción del aguamiel. Los habitantes lo han hecho generación tras generación, recogiendo el delicioso néctar del maguey hasta tres veces por día, donde el tlachiquero, ayudado de una espátula y de un bote de plástico, va sacando todo el líquido espeso para después hervirlo y tenerlo listo para la venta.
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El aguamiel también sirve para hacer el pulque, otro de los manjares que podemos disfrutar los mexicanos gracias a la fermentación del néctar del maguey, posicionando a estas bebidas como las más populares entre el turismo nacional e internacional.
Don Armando, tlachiquero de La Rinconada compartió a codigosanluis.com varios datos que ayudan a aprender más de esta actividad milenaria. «El maguey dura dos meses dando aguamiel; el gabazo se tiene que ir raspando para que la planta, en su interior, comience a dar más y más aguamiel conforme pasan los días», dijo don Armando mientras mostraba a la cámara la actividad que ha realizado por varios años.
«Al maguey le toma entre ocho y diez años para madurar y comenzar a dar el aguamiel», comentó don Armando mientras veía la gran extensión magueyes que posee junto a sus hermanos y otros familiares allá en La Rinconada, y que, además, la familia de don Armando combina el comercio del aguamiel y pulque con la producción y venta de las gorditas de horno, el principal atractivo de la comunidad.